Es japonés, llegó a Boca para jugar el Mundial de Clubes y ahora se dedica a cultivar el café

Naohiro Takahara, recordado por su fugaz paso por Boca Juniors en 2001, dejó atrás los estadios para sembrar futuro en su tierra natal. En Okinawa, al sur de Japón, el exfutbolista ha encontrado en el cultivo de café una forma de transformar vidas, al mismo tiempo que lidera un proyecto deportivo con impacto social.

Takahara, quien integró la selección nipona en el Mundial de Alemania 2006 y jugó en clubes europeos como el Hamburgo y el Eintracht Frankfurt, dirige hoy el Okinawa SV, un equipo que él mismo fundó. Su propuesta es ambiciosa:

En las plantaciones, junto a sus jugadores, cultiva más de 400 cafetos en tierras que antes estaban abandonadas. “Queremos que Okinawa sea reconocida como una zona cafetera. Esto es más que un equipo de fútbol, es una comunidad que construimos con nuestras manos”, afirmó el exgoleador.

El proyecto ha llamado la atención incluso fuera del ámbito deportivo, con empresas alimenticias interesadas en apoyar la iniciativa. Takahara sueña con ver a su club en la primera división de Japón y con ofrecer café local a los visitantes que lleguen a la isla.

Atrás quedaron los flashes de la Bombonera y los partidos internacionales. Hoy, Takahara riega sus días con café y esfuerzo, sembrando esperanza en un rincón del Pacífico donde el fútbol y la tierra se unen para escribir una nueva historia.