La selección boliviana campeona de la Copa América en 1963, se apaga lentamente

Bolivia pierde a otro de sus héroes deportivos. Alberto Torrez, campeón de la Copa América de 1963, falleció a los 86 años en Tarija, sumándose a la larga lista de leyendas del balompié nacional que ya no están. Con su partida, sólo quedan cinco sobrevivientes del plantel que escribió la página más gloriosa del fútbol boliviano.

Torrez fue figura indiscutible en la defensa del seleccionado nacional que conquistó el título sudamericano en casa, y dejó una huella imborrable tanto por su entrega como por su humildad. En ese histórico certamen, fue titular en varios compromisos, incluido el recordado empate 4-4 frente a Ecuador, que aún se menciona entre los partidos más emocionantes del torneo.

A nivel de clubes, su trayectoria fue sólida: jugó durante 12 años en Municipal, y también pasó por Bolívar, 31 de Octubre, y The Strongest, con el que disputó la Copa Libertadores en 1965. Además, defendió los colores de Bolivia en eliminatorias contra selecciones como Uruguay, Argentina y Perú durante la década de los sesenta.

Su salud se había deteriorado en los últimos tiempos, aunque aún tuvo fuerzas para conversar con su viejo compañero Jaime Rimassa pocos días antes de su muerte. Compartieron recuerdos de una época en la que el fútbol boliviano vivía su momento de mayor gloria.

Con la partida de Torrez, quedan con vida Arturo López, Isaac Álvarez, Hugo Palenque, Wilfredo Camacho y Fortunato Castillo. La generación dorada se va despidiendo, pero su legado permanece intacto en la historia y el corazón del país.