Neymar y el Santos: Crónica de una crisis que va más allá del descenso

 Neymar Jr., el ídolo que llevó al Santos a la gloria continental hace una década, hoy se enreda en una espiral de frustración que lo lleva al límite. Tras la derrota 2-1 ante Internacional, que mantiene al equipo en zona de descenso del Brasileirão, el astro brasileño protagonizó un altercado con un hincha en la tribuna. Pero este episodio no es un hecho aislado; es el síntoma de un problema más profundo.

Frustración en cascada
El partido dejó en evidencia la desconexión entre Neymar y un equipo que no encuentra su rumbo. En el minuto 72, celebró un gol que el VAR anuló por fuera de juego, un gesto que luego se volvió símbolo de su desesperación. Minutos después, destrozó el banderín de córner en un acto de furia contenida. Al silbatazo final, estalló: intercambió gritos con un aficionado que le reprochaba su bajo rendimiento, y solo la intervención de sus compañeros evitó que escalara.

¿Idolo o lastre?
Los números no mienten: en sus 5 partidos desde su regreso, Neymar no ha marcado goles decisivos y el Santos sigue sumido en el lugar 17 de la tabla. Pero más allá de lo deportivo, la relación con la hinchada se resquebraja. Los mismos que lo ovacionaron en su presentación ahora cuestionan su actitud: desde la expulsión ante Botafogo (por agarrar el balón con las manos en un ataque rival) hasta sus gestos polémicos ante rivales modestos como Mirassol.

La sombra del pasado
El contraste duele: en 2011, un Neymar adolescente cargaba al Santos a la Copa Libertadores. Hoy, con 32 años y tras una carrera marcada por lesiones y polémicas en Europa, su regreso —celebrado como un rescate institucional— se parece más a un laberinto sin salida. Su salario millonario (el más alto del equipo) y su papel de "salvador" chocan con una realidad implacable: el fútbol no perdona, ni siquiera a sus leyendas.