Una imagen mostró la imagen de Lampe, con los ojos enrojecidos y el corazón desbordado.
10/09/2025 7:46
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La secuencia lo dice todo: el pitazo final, los brazos al cielo, las lágrimas incontenibles. Carlos Lampe, el eterno guardameta de la selección boliviana, no pudo más. Gritó, lloró y cayó al césped como un niño que por fin cumple un sueño.
Con 38 años y más de una década defendiendo el arco de la Verde en medio de sinsabores y eliminatorias para el olvido, Lampe tendrá ahora la oportunidad de luchar por un cupo al Mundial en el repechaje.
El partido contra Brasil quedará para la historia, pero la imagen de Lampe, con los ojos enrojecidos y el corazón desbordado, será el símbolo de la esperanza de todo un país.
La emoción es legítima, contagiosa, imposible de ignorar. Hoy, Bolivia sueña… y Carlos Lampe es el rostro de ese sueño.
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