La histórica conquista del PSG en la Champions League fue más que un triunfo deportivo: fue una celebración del amor, el recuerdo y la fuerza invisible de quienes ya no están.
02/06/2025 15:26
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El París Saint-Germain logró una goleada histórica por 5-0 ante el Inter de Milán y levantó por primera vez la ansiada Champions League. Sin embargo, lo que conmovió al mundo no fue solo el marcador, sino las emociones que desbordaron al equipo y a los hinchas por lo vivido fuera del campo. Tres nombres resonaron como un eco en el corazón de todos: Xana, Gladys y Raquel.
Luis Henrique, uno de los héroes del PSG, alzó la mirada apenas concluyó el partido. Entre los abrazos y la euforia, supo que alguien más celebraba con él desde el cielo: su hija Xana. “No hay trofeo que se compare con ese reencuentro invisible, íntimo, eterno”, compartió un hincha en redes, donde miles replicaron ese sentimiento con lágrimas en los ojos.
También William Pacho, defensor ecuatoriano, lloró desconsoladamente. No por la gloria ni por haber sido el primer ecuatoriano en ganar el título continental, sino por su madre Gladys, quien partió cuando él apenas despegaba como profesional. El dorsal 51 que aún lleva en la espalda es un tributo eterno a ella.
Y entre los abrazos técnicos, Rafael Pol, ayudante del entrenador, rompió en llanto. Hace ocho meses perdió a su esposa Raquel, víctima de una larga enfermedad. No gritó el gol, no corrió al centro del campo; simplemente se quedó ahí, en silencio, llorando de amor.
Esta final fue más que fútbol. Fue un homenaje a quienes ya no están, pero siguen empujando desde el cielo. Por eso, como escribieron muchos aficionados: “Ganó el PSG, ganó el amor, y ganó el recuerdo”.
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