Arakuaa: la máquina boliviana que transforma plástico en textiles y apuesta por la sostenibilidad

rakuaa es la palabra que resume el espíritu del proyecto, pues se trata de una herramienta que une saberes ancestrales con innovación moderna.

06/03/2025 12:53

Arakuaa: la máquina boliviana que transforma plástico en textiles y apuesta por la sostenibilidad
Santa Cruz, Bolivia

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En el corazón del país, una revolución tecnológica y sostenible está en marcha. Se llama Arakuaa, una máquina creada por talento boliviano que transforma plástico reciclado en fibras textiles, ofreciendo una solución innovadora a la contaminación ambiental y promueve el empoderamiento de comunidades indígenas.

Detrás de este proyecto está Grecia Bello, ingeniera de 24 años y coordinadora del Fab Lab Santa Cruz de la Universidad Franz Tamayo, Unifranz, quien creó Arakuaa, inspirado en su experiencia en Fabricademy, España. Este proyecto busca resolver dos problemas: la contaminación por plástico y la escasez de materia prima para la comunidad Isoseña Guaraní, afectada por los incendios en la Chiquitania. Arakuaa, que significa "conocimiento" en guaraní, transforma plástico reciclado en fibras textiles para recuperar la materia prima perdida y preservar sus tejidos tradicionales.

Arakuaa es la palabra que resume el espíritu del proyecto, pues se trata de una herramienta que une saberes ancestrales con innovación moderna. Diseñada y construida en el Fab Lab Santa Cruz de Unifranz, la máquina cuenta con detalles estéticos inspirados en la cosmovisión guaraní y está fabricada en madera para hacerla más ecológica y accesible.

"Bolivia tiene la capacidad, hay el espacio y hay mucho talento", afirma Bello, convencida de que el país está listo para liderar proyectos tecnológicos sostenibles. Junto a sus colegas Ruddel Callisaya y Edwin Yuco, se propuso desarrollar una solución que no solo reduzca residuos, sino que también ofrezca nuevas oportunidades a comunidades vulnerables.

El proceso de Arakuaa es simple pero impactante: las botellas PET recicladas son lavadas, trituradas y transformadas en fibras textiles, listas para ser utilizadas en confección. Durante la experimentación, también probaron con plástico PLA, combinándolo con PET para generar nuevos materiales y colores.

Una propuesta intrincada con la comunidad Isoseña Guaraní 

Los intrincados tejidos de la comunidad Isoseña Guaraní son mucho más que arte. Representan su forma de entender el mundo. Durante siglos, este pueblo de los llanos bolivianos ha tejido historias y leyendas, plasmando su cosmovisión en cada hilo. Sin embargo, el cambio climático, los chaqueos y el avance de las ciudades han reducido drásticamente su acceso a las materias primas esenciales para esta tradición.

Esta problemática inspiró a Bello, quien es miembro de la primera comunidad maker de Bolivia, a desarrollar Arakuaa, que refleja la fusión entre saberes ancestrales e innovación tecnológica.

“Los chaqueos y quemas han afectado a las comunidades guaraníes dedicadas a la confección textil. Ante la escasez de algodón y garabata, algunas comunidades han empezado a experimentar con fibras de plástico, como las de las bolsas de yute. De ahí surgió la idea de combinar técnicas tradicionales con soluciones innovadoras para enfrentar problemáticas actuales, como la contaminación por plásticos”, explica Bello.

 

Interés internacional y aplicación en comunidades indígenas

El impacto de Arakuaa trascendió rápidamente las fronteras bolivianas. Presentada en Fab24 Puebla en la Universidad Iberoamericana de México, la máquina despertó el interés de investigadores y emprendedores de Francia, España, Portugal y otros países, interesados en replicar el modelo.

Pero el mayor impacto podría estar dentro del propio país. En una visita a una universidad indígena en Camiri, Bello y su equipo mostraron la máquina a estudiantes y artesanos locales. "Nuestra aspiración es trabajar con comunidades originarias y ver de co-crear, pero siempre dándoles el crédito que les corresponde a ellos", enfatiza Bello.

Los pobladores vieron en Arakuaa una oportunidad para diversificar sus productos. Con las fibras recicladas, podrían innovar en textiles, mientras que los cristales plásticos sobrantes podrían aprovecharse en la fabricación de aros y hasta pisos de resina. Dado que muchas materias primas escasean debido a los incendios forestales y el cambio climático, esta tecnología podría significar un cambio radical para sus comunidades.

 

Un modelo de tecnología abierta para el mundo

Para Bello, la innovación no debe estar restringida por patentes. Por eso, su equipo trabaja con Open Fiber, una comunidad global de desarrolladores, para liberar los planos de Arakuaa bajo una licencia open source

"Muchos quieren hacer el cuerpo de la máquina con tapas de plástico, reemplazar la fibra de vidrio en hormigones de construcción o incluso usarla para rellenos de colchones", explica Bello.

Se espera que en julio de este año se lance una página web donde los planos estarán disponibles, permitiendo a cualquier persona replicar, adaptar y mejorar la tecnología. "Queremos democratizar esta tecnología para que la utilicen artesanos, pequeños negocios y cualquier persona que la requiera", agrega la ingeniera.

Innovar más allá del PET

Arakuaa no se detiene en las botellas PET. Bello y su equipo están explorando nuevos materiales, como las bolsas plásticas de sueros médicos, con la esperanza de transformar desechos hospitalarios en fibras textiles aprovechables.

El camino de Arakuaa apenas comienza, pero su impacto ya se siente. Con una visión clara, una fuerte identidad cultural y un espíritu de colaboración global, esta máquina boliviana podría convertirse en un referente internacional de tecnología sostenible.

Bolivia no solo tiene la capacidad de innovar, sino que está lista para exportar conocimiento y soluciones tecnológicas al mundo.

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