La deserción estudiantil es uno de los principales retos para las instituciones de educación superior en el mundo.
20/12/2024 14:20
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La deserción estudiantil es uno de los principales retos para las instituciones de educación superior en el mundo. Según Francesc Pedró, director del Instituto Internacional de la Unesco para la Educación Superior en América Latina y el Caribe (IESALC), las fórmulas para reducir la deserción pueden pasar por clases híbridas y flexibles. La pandemia intensificó la deserción con un 30% de estudiantes que se matriculan, pero no asisten a clases.
“Necesitamos incrementar los esfuerzos de innovación, necesitamos que esa ventana de oportunidad que se creó con la pandemia (con las clases virtuales) se convierta en una experiencia de aprendizaje mucho más gratificante para el estudiante. (...) El criterio fundamental que se busca hoy es una experiencia gratificante y además flexible”, explica.
El experto internacional participó en el V Foro Internacional de Innovación Educativa “El Futuro de la Educación, reflexiones desde Bolivia para Latinoamérica” (FIIE 2024), organizado por la Universidad Franz Tamayo, Unifranz.
Pedró plantea reducir la deserción en el pregrado, bajo un enfoque que combine la presencialidad y la virtualidad (hibridación), ofreciendo experiencias únicas y significativas en el aula que no pueden replicarse a través de plataformas digitales.
“En clase, los estudiantes deberían confrontar ideas, resolver problemas de forma colaborativa y experimentar aprendizajes en un entorno dinámico. Esto hace que el tiempo pase volando y que la experiencia sea verdaderamente enriquecedora”, afirma.
En el caso de los estudiantes de postgrado, Pedró indica que sus necesidades son diferentes, ya que estos, al tratarse en su mayoría de personas que trabajan, lo que requieren es flexibilidad.
“El modelo hi-flex, que permite a los estudiantes decidir si asisten presencialmente o de manera remota según su conveniencia, es fundamental. Este tipo de programas garantiza conexión permanente y flexibilidad máxima”, explica el especialista.
De acuerdo con el académico, existen dos razones fundamentales para la deserción estudiantil, la primera es económica, pues está relacionada con la desconexión entre lo que demanda el mercado y lo que ofrecen las universidades e institutos superiores.
“Los estudiantes encuentran en el mercado oportunidades de menor costo que ofrecen más beneficios. Por ejemplo, en España, un encargado de obra puede ganar más que un arquitecto. Este fenómeno muestra que la educación superior está siendo sobreexplotada y no responde a las estructuras del mercado laboral”, explica Pedró.
La segunda razón es la insatisfacción de los estudiantes con la experiencia de asistir a clases. Pedró señala que muchos perciben que las clases presenciales no aportan un valor añadido respecto a lo que podrían aprender en plataformas virtuales.
“La pregunta que muchos se hacen es: ‘¿Qué gano asistiendo a clase si el contenido es igual al que ya está disponible en línea?’. Esto refleja una falta de experiencias enriquecedoras y diferenciadas dentro del aula, lo cual desmotiva a los estudiantes”, apunta.
El especialista finaliza con la recomendación de adoptar paradigmas como la hibridación o el modelo hi-flex supone desafíos significativos para las instituciones educativas, desde inversiones económicas hasta la formación de docentes en estas nuevas modalidades.
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