La Universidad Franz Tamayo (Unifranz) ha asumido este reto mediante un modelo educativo innovador que busca transformar la formación académica y proyectar al país hacia estándares internacionales de excelencia.
24/12/2025 13:43
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La calidad educativa es un elemento clave para formar profesionales capaces de afrontar problemas reales, aplicar conocimientos de manera efectiva y generar un impacto positivo en la sociedad. Con los avances tecnológicos, las transformaciones en el mundo laboral y las nuevas dinámicas sociales obligan a las instituciones universitarias a replantear sus métodos de enseñanza y aprendizaje.
La Universidad Franz Tamayo (Unifranz) ha asumido este reto mediante un modelo educativo innovador que busca transformar la formación académica y proyectar al país hacia estándares internacionales de excelencia.
Este enfoque reconoce que la calidad académica no solo depende de la teoría impartida en el aula, sino de la capacidad de conectar la educación con el entorno social y los desafíos del mundo real.
Verónica Ágreda, rectora de Unifranz, sostiene que es esencial que la educación actual supere las limitaciones de los modelos tradicionales.
“La educación debe superar dos desconexiones muy importantes: la del modelo tradicional, entre conocimiento y construcción de la persona, y la que existe entre lo que se estudia y el mundo real”, sostiene la autoridad, al explicar los fundamentos del modelo educativo.
Ágreda también enfatiza que la innovación impregna todos los procesos institucionales, creando un sistema centrado en el estudiante. “En una cultura de innovación que impregna todos sus procesos”.
Pedro Sáenz, vicerrector de la sede La Paz, agrega que el modelo busca aplicar conocimientos en situaciones concretas y prácticas. “Si queremos obtener resultados diferentes, debemos hacer las cosas de manera diferente. La propuesta busca que, desde el aula, los estudiantes integren sus saberes y apliquen esos conocimientos en la solución de problemas reales”.
Este enfoque trasciende la formación tradicional basada en teoría aislada, promoviendo la integración de contenidos y su aplicación práctica para enfrentar desafíos cotidianos. La formación integral, flexible y alineada a las competencias del siglo XXI constituye el objetivo central.
“Hacer que el proceso de enseñanza y aprendizaje sea más ameno, profundo y significativo de la mano de la digitalización”, enfatiza Agreda.
El modelo de Unifranz se articula sobre seis pilares esenciales: el estudiante como protagonista, el docente como guía inspirador, la transdisciplinariedad, la investigación aplicada, los espacios de aprendizaje dinámicos y la extensión universitaria como vínculo con la sociedad.
Gustavo Montaño, vicerrector académico nacional, destaca el rol del estudiante en todo el proceso educativo. “El estudiante es el centro del proceso formativo; rompemos el paradigma de que el profesor es dueño de la verdad”, explica.
Además, resalta la importancia del docente como diseñador de experiencias de aprendizaje adaptadas a la motivación y comportamiento de los estudiantes.
“El docente debe saber diseñar experiencias de aprendizaje y ajustarlas en función de los comportamientos y niveles de motivación de los estudiantes”, señala el académico.
En esa misma línea, Óscar Ágreda, presidente ejecutivo de Unifranz, enfatiza la transformación institucional que respalda esta estrategia. “Nos estamos convirtiendo en una institución mucho más inteligente, eficiente e innovadora. Todo esto nos va a llevar a crear mucho más valor para las personas y así provocar una transformación alineada a las necesidades del mundo moderno”.
El modelo educativo también promueve la transdisciplinariedad y los espacios de aprendizaje dinámicos, donde aulas, laboratorios y zonas de transición se convierten en escenarios para la creatividad, la colaboración y la resolución de problemas reales. “Esto permite que el aprendizaje ocurra en cualquier lugar”, explica Montaño, reforzando la importancia de entornos que fomenten innovación y bienestar.
La investigación aplicada y la extensión universitaria se articulan permanentemente, conectando teoría y práctica para generar impacto en la comunidad. “La investigación y la extensión tienen que dialogar permanentemente, porque no son elementos aislados”.
Además, el programa de internacionalización, que lleva adelante Unifranz, asegura que los estudiantes sean competentes en contextos globales, capaces de colaborar y solucionar problemas más allá de lo local. “Queremos que nuestros graduados no solo sean buenos para resolver problemas locales, sino también competitivos y colaborativos en entornos internacionales” destaca la rectora.
A través de este modelo, Unifranz apunta a consolidar una educación de calidad que no solo instruya, sino que forme profesionales preparados para transformar la sociedad, resolver problemas reales y contribuir a un mundo más justo, sostenible y resiliente.
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