La enfermera provocó daños a los bebés que fueron difíciles de detectar, hoy recibió la sentencia más dura de la ley británica.
21/08/2023 18:54
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La historia gira en torno a Lucy Lebty, una enfermera de 33 años que trabajaba en el área neonatal de un hospital en el norte de Inglaterra.
7 recién nacidos son las víctimas, entre ellos dos trillizos, fueron asesinados en la unidad neonatal del Hospital Condesa de Chester entre junio de 2015 y junio de 2016. Letby aprovechó la vulnerabilidad de los recién nacidos enfermos y sus padres desesperados.
El daño en los bebés fue difícil de detectar, por lo que la acusada convencía a sus colegas de que se trataba de colapsos y muertes súbitas.
Después de un largo proceso de investigación y deliberación, la justicia la encontró culpable y resolvió sancionarla con el castigo más severo de la ley británica, cadena perpetua.
Durante el juicio, los fiscales dijeron que la acusada no tenía remordimiento de lo que había ocasionado.
Letby no asistió a la audiencia, por lo que los padres de los niños víctimas reaccionaron molestos. Además se la relacionó con la muerte de otros 6 recién nacidos, este extremo todavía se investiga.
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