Conflicto entre Israel e Irán escala a niveles críticos: ¿cuáles son las consecuencias de alcance global?

El mundo observa con creciente alarma la escalada militar entre Israel e Irán, luego del sorpresivo ataque aéreo israelí del pasado viernes contra instalaciones nucleares iraníes, incluidas las ubicadas en Natanz, una de las principales plantas de enriquecimiento de uranio del país persa.

La ofensiva, considerada no provocada por varios actores internacionales, ha detonado no solo una crisis regional, sino un potencial punto de inflexión geopolítico con consecuencias de alcance global.

Uno de los focos de mayor preocupación es el posible colapso de la seguridad nuclear internacional. El director del Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA), Rafael Grossi, alertó en el Consejo de Seguridad de la ONU que atacar instalaciones nucleares “pone en riesgo la seguridad regional e internacional” y podría generar “consecuencias radiológicas catastróficas” que se extenderían más allá de Irán.

Irán denunció que las instalaciones afectadas, bajo constante supervisión del OIEA, no solo albergan materiales nucleares, sino que su destrucción podría provocar emisiones de radiación a gran escala, con efectos sanitarios y ambientales incalculables para Oriente Medio y más allá.

Golpe a la economía global: petróleo, inflación y mercados en tensión

La repercusión económica ha sido inmediata, el precio del petróleo se disparó más de un 13% tras el ataque, generando temores de una nueva oleada inflacionaria global. El crudo Brent superó los 75 dólares por barril, y analistas anticipan que un eventual cierre del estrecho de Ormuz, por donde pasa el 20% del suministro mundial de petróleo, podría provocar un colapso de los mercados energéticos.

“El impacto en los precios podría ser tan severo como para comprometer la estabilidad económica global”, advirtió la estratega de mercado Kathryn Rooney Vera. En este escenario, los bancos centrales podrían enfrentar un dilema insostenible: combatir la inflación sin frenar el crecimiento económico.

Además del frente militar y económico, la crisis amenaza con destruir los avances diplomáticos recientes entre Irán y EE.UU., que habían reanudado conversaciones nucleares en Omán. Analistas señalan que el momento del ataque, apenas días antes de una nueva ronda negociadora, mina la credibilidad de Washington como actor imparcial y eleva el riesgo de una confrontación directa entre potencias.

"Un conflicto abierto entre EE.UU. e Irán cambiaría el mapa geopolítico global", advirtió Vali Nasr, exdecano de la Universidad Johns Hopkins. Tal escenario podría fracturar alianzas estratégicas, alterar el equilibrio en Asia y Europa, y empujar a otras naciones a adoptar posturas más agresivas, anticipando que el multilateralismo ya no es un escudo fiable.