El presidente electo de EE.UU. eligió para su gestión a Elon Musk, Vivek Ramaswamy, Linda McMahon y Howard Lutnick, que acumulan, entre todos, más de 300.000 millones de dólares.
17/12/2024 8:41
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Tras ser elegido presidente, Donald Trump se ha rodeado del 1% más rico de Estados Unidos para gobernar su país por los próximos cuatro años.
Conforme ha ido revelando los nombres de sus nominados para componer su próximo equipo presidencial, se identificó que, al menos, 11 de ellos tienen varios miles de millones de dólares en sus cuentas de banco.
CEO de gigantes tecnológicos, directores financieros en Wall Street y empresarios son los encomendados para defender los intereses populares dentro de un país donde la media de riqueza entre las familias estadounidenses llega a los 192.000 dólares.
En una sociedad cada vez más desigual, con el abismo entre el 1% más rico y los más pobres creciendo año con año, el segundo Gobierno del magnate republicano se vislumbra con sostener una estrategia económica, política y social construida por los más ricos, pero también que solo beneficia a los más ricos, publica France24 en un reportaje.
La Casa Blanca más rica de toda la historia
Aunque la mayoría de las nominaciones de Trump para el gabinete presidencial y demás puestos de alto rango todavía tienen que ser confirmados por el Senado, el equipo planteado para la segunda Administración de Donald Trump sería el más rico en toda la historia estadounidense, con alrededor de 340.000 millones de dólares acumulados entre todos. En comparación, la Administración Biden tenía un valor total de unos 118 millones de dólares cuando inició su período.
Iniciando por el presidente, Donald Trump tiene una fortuna personal valorada en unos 5.500 millones de dólares, confirmándose como el mandatario más rico en la historia del país, algo que ya había conseguido en 2016.
Sin embargo, la mayor parte de la riqueza acumulada del Gobierno más rico en Estados Unidos está a nombre de Elon Musk, la persona más rica del mundo, según Forbes, que tiene unos 300.000 millones de dólares en el banco.
Musk encabezará el nuevo Departamento de Eficiencia Gubernamental (DOGE) junto con otro millonario y fiel aliado de Trump, Vivek Ramaswamy, que hizo su fortuna valuada en poco más de 1.000 millones de dólares en la industria farmacéutica. La misión de ambos será elaborar una estrategia para recortar los gastos del Gobierno estadounidense al mínimo, lo que podría mermar el ya desarticulado estado de bienestar en el país.
Otros nombres en la próxima Administración trumpista también resaltan por el número de ceros en sus cuentas de banco.
Linda McMahon, nominada para ser secretaria de Educación, es la antigua directora operativa de la empresa de lucha libre más grande de Estados Unidos, con una fortuna compartida con su esposo, Vince, de más de 3.000 millones de dólares; Howard Lutnick, nominado para secretario de Comercio, CEO de Cantor Fitzgerald, con un valor de 2.000 millones de dólares; y Doug Burgum, empresario y gobernador de Carolina del Norte, con unos 1.100 millones de dólares a su nombre.
Además, Trump también ha repartido puestos a figuras más cercanas a él, e igualmente de millonarias.
Charles Kushner, consuegro de Trump, es el nominado a embajador en Francia; Steve Witkoff, socio del presidente electo en sus inversiones dentro de Nueva York, como enviado especial a Medio Oriente; y Warren Stephens, director de un fondo de inversión cercano a la campaña trumpista, como embajador en Reino Unido.
Para algunos, los nombramientos de Trump no responden a una necesidad política fraguada por una estrategia construida desde su campaña, sino que como una suerte de capitalismo clientelista en el que el presidente electo de Estados Unidos está dejando el timón del país en manos de su millonario círculo más cercano.
“Está nombrando a sus amigos ‘infernalmente ricos’ para encargarse de cada faceta de nuestra economía, corrompiendo el gobierno a expensas de los estadounidenses ordinarios”, dijo la senadora demócrata Elizabeth Warren la semana pasada.
Además, el Gobierno más rico en la historia del país provoca preocupación por un posible conflicto de intereses entre la faceta empresarial de los multimillonarios y su deber ético como servidores públicos estadounidenses.
Delaney Marsco, directora de Ética de la organización Campaign Legal Center, mencionó que la decisión de Trump de atiborrar de millonarios su equipo de Gobierno "abre la puerta a que haya muchos más posibles conflictos de intereses porque su patrimonio personal es muy vasto". Ella resaltó además la amenaza que esto supone para la estabilidad en la política sanitaria, social y económica del país.
Ahora, los CEO de Wall Street, empresarios de bienes raíces, farmacéuticos y el hombre más rico del mundo tienen la encomienda de representar a personas que necesitarían miles de años de trabajo para equiparar las ganancias que el selecto grupo de millonarios trumpistas gana en un año.
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