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Robert Maudsley, el Hannibal Lecter en la vida real, lleva 43 años encerrado

La historia del asesino serial inspiró a la creación de uno de los personajes más macabros del cine.

20/04/2022 15:25

Robert Maudsley, Hannibal Lecter en la vida real.
Reino Unido

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Maudsley ingresó en prisión en 1974 por el asesinato de John Farrell, de 30 años. En 1979, mientras cumplía cadena perpetua por este delito, mató a tres personas en la cárcel. De ahí que las autoridades británicas decidieran tomar medidas severas y diseñar una celda especial para él. Es uno de los más de 60 delincuentes británicos que nunca será liberado.

Su historia fue la que inspiró la película El silencio de los corderos, que relata la vida de Hannibal Lecter, uno de los asesinos más perturbadores del cine. Además de por la forma en la que mataba a sus víctimas, usaba sus propios miedos o debilidades en su contra. Lo realmente perturbador es que parecía disfrutar matando y podía esconder todo eso detrás de una fachada elegante e intelectual.

La historia de Robert Maudsley, el “Hannibal Lecter” real que está encerrado en una caja de vidrio.

Desde hace 43 años, el único mobiliario que hay en su celda son una mesa y una silla, ambas hechas de cartón comprimido. El inodoro y el lavabo están fijados fuertemente al suelo y la cama es una piedra de hormigón. La jaula está rodeada de gruesos paneles acrílicos transparentes y tiene una pequeña abertura en la parte inferior por donde le traen la comida.

La celda de cristal, similar a la de Lecter en la película, tiene solo 5,5 metros de largo por 4,5 metros de ancho, con unas enormes ventanas a prueba de balas desde la que los oficiales lo vigilan las 23 horas que vive allí encerrado. Sólo puede salir una hora al día al patio para hacer ejercicio, donde no se le permite tener contacto con otros reclusos.

Imagen del patio desde una celda del modulo 1 de Centre Penitenciari Lledoners. (Colaboradores)

La historia de un asesino

Todo comenzó en 1953, cuando tenía tan solo dos años, cuando él y sus tres hermanos fueron rescatados del maltrato de sus padres y llevados a un orfanato. A su regreso a casa a los ocho años, su vida dio un giro brutal por los constantes maltratos de su padre.

A los 16 años cayó en las drogas y se dedicó al trabajo sexual para ganar dinero. Fue aquí donde conoció a su primera víctima en 1974. Maudsley mató a John Farrell después de que este le mostrara fotografías de menores a los que había abusado. Eso le provocó una ira extrema a Maudsley y lo acabó estrangulando de forma muy violenta. Durante el juicio fue condenado a cadena perpetua y los médicos forenses recomendaron que nunca fuera liberado por sus terribles problemas psicológicos.

Declarado no apto para ser juzgado, fue enviado con la recomendación de que nunca fuera puesto en libertad, el hombre fue internado en el Hospital Psiquiátrico Broadmoor, lugar donde viven los criminales más peligrosos de Gran Bretaña.

Tres años después, él y su compañero de prisión David Cheeseman se atrincheraron dentro de una habitación con el abusador de menores David Francis, condenado por pedofilia, a quien torturaron hasta la muerte.

Escena de la película "El Silencio de los Corderos".

Tras aquel asesinato, trasladaron a Maudsleya a la prisión HMP Wakefield, donde acabó con la vida de dos presos más: Salney Darwood, que cumplía cadena perpetua por el homicidio involuntario de su esposa Blanche; y William Roberts, que cumplía 7 años por agresión sexual a una niña de siete años. Al segundo lo mató clavándole una cuchara afilada en la oreja y en el cerebro. Cuando los funcionarios del centro llegaron, dijeron que se había comido el cerebro de su víctima. Aunque nunca llegó a que ocurre de verdad, a partir de ese momento, Maudsley sería conocido como “Hannibal, el caníbal”.

Nada más entrar en el siglo XXI, Roberto Maudsley pidió que lo dejarán morir, pero le negaron la petición. El prisionero escribió una carta y argumentó que no tenía sentido tenerlo 23 horas al día encerrado y que el Reino Unido tuviera que pagar su manutención cuando él no quería seguir viviendo.

Hannibal Lecter, el temible asesino de ficción, basado en la historia de Robert Maudsley.

En esa carta, también pidió un periquito para tenerlo como mascota y prometió no hacerle nada y "no comerlo". También pidió una televisión y cintas de música para ver lo que pasaba fuera y educarse a sí mismo.

Robert Maudsley acabó esa carta diciendo que si el Servicio Penitenciario le negaba sus peticiones, entonces quería una cápsula de cianuro que se lo tomaría sin rechistar y así dejaría de ser un problema para la sociedad. Obviamente sus peticiones no fueron escuchadas y Maudsley sigue aislado del mundo en su celda de vidrio.

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