El caso, que se volvió viral, involucra confesiones grabadas, pruebas de ADN y una intensa búsqueda del cuerpo de la víctima.
01/09/2025 22:16
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Un macabro plan salió a la luz en Salt Lake City, Utah, Estados Unidos, luego de que Jennifer Gledhill, de 42 años, fuera acusada de asesinar a su esposo, Matthew Johnson, y deshacerse del cuerpo. Lo más impactante: la mujer le confesó el crimen a su amante con una frase escalofriante: "Y tú que creías que no podía matar una mosca".
El caso, que se volvió viral, involucra confesiones grabadas, pruebas de ADN y una intensa búsqueda del cuerpo de la víctima. El crimen ocurrió el 21 de septiembre de 2024, tras una fuerte discusión sobre la infidelidad de Jennifer. La pareja había pasado la noche juntos después de que ella enviara a sus tres hijos a casa de sus padres, publica Infobae en un extenso reportaje.
El plan y la confesión
Según la investigación, Jennifer, aprovechando que su esposo se había quedado dormido, tomó una pistola Glock 19X de 9 mm y le disparó tres veces en la cabeza. Acto seguido, con notable frialdad, bajó el cuerpo a la planta baja de la casa y lo metió en un portaequipajes de techo, el cual colocó en el interior de la minivan familiar. Posteriormente, condujo hacia una zona remota para enterrar el cuerpo en una tumba poco profunda.
Dos días después, Jennifer se presentó en la casa de su amante para confesar el crimen. Este, incrédulo y aterrorizado, decidió grabar una conversación telefónica con ella al día siguiente. En la grabación, Jennifer se comparaba a sí misma con la "Reina de Corazones" de Alicia en el País de las Maravillas y, con una voz aterradora, decía: "Creo que el hecho de que me tuvieses miedo es la parte que más me rompe mi corazón, porque es como que yo... wow, y vos creías que yo no podría siquiera matar una mosca. Él ya no es una persona. Ya no era una persona. No era Matt (...)".
Las pruebas que la incriminan
La denuncia de desaparición de Matthew Johnson, un ex marine y miembro de la Guardia Nacional, fue presentada por un compañero de trabajo. Más tarde, la misma Jennifer reportó su ausencia, alegando que él se había ido por una semana después de la discusión. Sin embargo, la aparición del amante como informante clave cambió por completo la investigación.
Tras obtener órdenes de allanamiento, la policía encontró un colchón nuevo en el dormitorio matrimonial de la pareja y manchas de sangre en la cama, las persianas y la alfombra. El ADN confirmó que pertenecían a Matthew Johnson. Adicionalmente, se halló un portaequipajes flotando en un arroyo, con manchas que también coincidían con el ADN de la víctima.
El 15 de octubre, Jennifer fue formalmente acusada de nueve cargos, incluido el homicidio en primer grado. Se declaró inocente, pero el juez la mantuvo en prisión sin derecho a fianza. Sus padres también han sido acusados de obstrucción a la justicia por supuestamente ayudar a limpiar la escena del crimen y esconder el arma.
La fiscalía de Salt Lake City asegura que el desenlace fatal fue el resultado de la confesión de la infidelidad. Los tres hijos de la pareja quedaron bajo custodia estatal, mientras que más de cien soldados de la Guardia Nacional continúan buscando incansablemente los restos de su compañero.
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