Los gritos de las pasajeras alertaron a los conductores. “¡No lo mueva!”
28/05/2025 13:06
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El caos vehicular en las calles de Barranquilla (Colombia) ya es parte del paisaje urbano. Pero entre la congestión y el bullicio, hay quienes intentan ganarle tiempo al reloj arriesgando algo mucho más valioso, la vida. Es el caso de un motociclista que, en una maniobra temeraria, quedó atrapado entre dos buses en pleno tráfico.
El hecho ocurrió cuando el hombre, con la intención de avanzar más rápido, decidió colarse por un espacio estrecho entre dos vehículos de transporte público. La motocicleta quedó literalmente aprisionada, y él, atrapado entre la carrocería metálica, sin posibilidad de moverse.
Los gritos de las pasajeras alertaron a los conductores. “¡No lo mueva!”, suplicaban desesperadas, mientras algunos bajaban del bus para auxiliar al motociclista, cuya vida pendía de un hilo. La rápida reacción de los presentes evitó una tragedia mayor.
¿Por qué sucede esto? Porque muchos motociclistas subestiman los riesgos. Creen que su agilidad les permite sortear cualquier obstáculo, ignorando que un movimiento mínimo, un frenazo inesperado o un mal cálculo puede tener consecuencias fatales.
Lo más indignante, dicen testigos y conductores, es que aún en estos escenarios hay quienes defienden al infractor. “¡El bus lo aplastó!”, gritan algunos, sin considerar que fue el motociclista quien invadió un espacio imposible. “Es como si la lógica se esfumara”, comenta un testigo. “En vez de ver la imprudencia, justifican la locura”.
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