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¡Vendía hamburguesas y ahora estudia en Columbia!: Boliviano ganó una beca completa en una prestigiosa universidad de EE.UU

Aníbal Segovia, de 18 años, fue admitido con beca completa en la Universidad de Columbia, una de las instituciones más prestigiosas del mundo. Su historia, tejida entre sacrificios, liderazgo y sueños grandes, se ha convertido en inspiración para miles de jóvenes en Bolivia.

21/06/2025 11:06

De vender hamburguesas a tener una beca completa en Columbia: la historia Aníbal que desafió las estadísticas. Foto: QNMP
Santa Cruz, Bolivia

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A los 15 años, mientras otros adolescentes pasaban sus días entre videojuegos y redes sociales, Aníbal Segovia se levantaba a las 4:00 de la mañana junto a sus padres para cocinar hamburguesas. Con ellas no solo pagaba la colegiatura de su hermano y la suya propia, también cubría gastos del hogar y ayudaba a salvar su casa de una inminente hipoteca.

Hoy, a los 18 años, el joven cruceño se prepara para cumplir uno de los sueños más ambiciosos que puede tener un estudiante latinoamericano, estudiar en Columbia University, en Nueva York, con una beca completa que cubrirá matrícula, vivienda, seguro médico, alimentación e incluso gastos personales.

“Desde que vi un video en YouTube de un chico español que hablaba de cómo aplicar a universidades en EE. UU., mi chip cambió”, recuerda Aníbal. “Estaba en tercero de secundaria, en clases virtuales. Ese día decidí que yo también lo iba a lograr”.

 

El inicio del sueño

Estudiante del colegio La Salle y líder juvenil desde los 11 años, Aníbal siempre destacó por sus habilidades de comunicación, liderazgo y compromiso social. Sin embargo, en 2022 su vida dio un giro inesperado: su padre, único sustento económico del hogar, fue despedido. La familia enfrentaba deudas crecientes y la posibilidad de dejar el colegio era inminente.

“Esa noche nos compraron pizza para darnos la noticia. Yo lloré, pero al día siguiente ofrecí clases de física. En una hora gané 700 bolivianos. Ahí supe que podía hacer algo”.

Lo siguiente fue aún más sorprendente: llevó hamburguesas caseras al colegio para vender a sus compañeros. La demanda creció de tal forma que llegó a preparar hasta 80 por día. Con las ganancias no solo mantuvo a flote su educación, sino que fundó su propia marca: Cuerno Burger.

“El nombre viene de una historia graciosa: mi ex me fue infiel y mis amigos empezaron a bromear con que vendía ‘Cuerno Burgers’. Decidí apropiarme del chiste. Hoy es mi marca registrada”, cuenta entre risas.

Su historia personal no fue solo un camino de esfuerzo; también fue su carta de presentación. El ensayo de admisión que envió a Columbia narraba con crudeza y esperanza la noche en que entregó todos sus ahorros para evitar que su familia perdiera su casa. Una historia real, dolorosa y valiente que tocó fibras.

“A los 15 años me convertí en el sostén económico de mi casa. No era mi rol, pero era lo necesario. Eso me formó como persona”, asegura.

Postuló a varias universidades de alto nivel, incluyendo Stanford y otras Ivy Leagues. Fue rechazado por algunas, pero cuando abrió el portal de Columbia, su grito de alegría paralizó la casa. Lo habían aceptado. Y con beca completa.

Inspiración que trasciende fronteras

Aníbal no solo aspira a graduarse con honores en Economía, la carrera más exigente de Columbia College. También quiere volver a Bolivia, fundar empresas, crear empleo y formar líderes jóvenes.

“Mi sueño no es solo personal. Quiero devolverle a Bolivia lo que la vida me dio. Quiero que mi país deje de ser noticia por la corrupción y empiece a ser noticia por historias como la mía, y como muchas más que seguro vendrán”.

Además de ganar el concurso “Bachiller Emprendedor” de Santa Cruz, ya tiene un socio capitalista que invertirá 25.000 bolivianos para abrir el primer local físico de Cuerno Burger antes de que parta a Nueva York, el 20 de agosto.

Mensaje final: soñar no cuesta, rendirse sí

Antes de terminar la entrevista, deja un mensaje claro y contundente a los jóvenes: “Me llamaron tonto por soñar. Me dijeron que soñaba muy alto. Pero acá estoy: el tonto se va a estudiar a Nueva York. Así que vos que estás leyendo esto: no sos tonto por soñar. Son tontos los que no se atreven a intentarlo”.

Con una voz firme y una visión clara, Aníbal Segovia no solo logró una hazaña individual. Logró recordarnos que, cuando el esfuerzo se combina con propósito, ningún sueño es demasiado grande.

 

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