Un hombre de 61 años estuvo perdido por 95 días en mar abierto, cuando todos lo daban por perdido fue rescatado.
17/03/2025 9:21
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Una verdadera hazaña de resistencia y supervivencia es la que protagonizó Máximo Napa Castro de 61 años, un pescador peruano que, el pasado 7 de diciembre, emprendió su habitual travesía por las aguas del mar de Ica, sin saber que su vida cambiaría para siempre. Lo que parecía ser un día común de pesca se convirtió en una pesadilla, cuando una tormenta desvió su embarcación hacia el océano abierto, dejándolo varado durante 95 días en circunstancias extremas.
Napa Castro, a bordo de su bote Gatón 2, había partido del puerto de Marcona en busca de su sustento diario. Sin embargo, la tormenta lo llevó lejos de la costa, y rápidamente perdió contacto con su familia y con cualquier forma de comunicación. En pocos días, el pescador quedó completamente incomunicado, sin posibilidad de alertar a las autoridades ni a sus seres queridos.
Pasaron diez días sin señales de vida, y luego, 95 días de incertidumbre, hasta que una embarcación pesquera de bandera ecuatoriana lo avistó en el mar, en condiciones de salud alarmantes. A pesar de su grave estado físico, la esperanza de su regreso a tierra firme se convirtió en un verdadero milagro.
Durante su prolongada odisea, Napa Castro sobrevivió con los pocos recursos que le quedaban. La comida y el agua potable fueron escaseando rápidamente. A pesar de sus esfuerzos por racionar los suministros, los días pasaron y su situación se volvió cada vez más desesperante. Cuando finalmente fue rescatado, llevaba ya diez días sin ingerir alimentos.
"El agua que pude beber en los últimos días de mi travesía provenía de las lluvias que caían de vez en cuando", relató Napa, quien, además, se las ingenió para pescar y cocinar con fuego que hacía usando las tablas de su propio barco. Su tenacidad y resistencia fueron claves para su supervivencia.
“Espero estar con mis hijos, sobrinos y mi madre (…) Llegué a pesar 40 kilos y yo pesaba 80, la tripulación ecuatoriana que me rescató es parte de mi vida, los amo. Prometí dar mi testimonio, para que todo el mundo sepa que Dios existe”, dijo durante entrevista con los medios.
Por su parte, Inés Napa, hija del pescador, expresó el alivio y la emoción de toda la familia al saber que su padre había sido encontrado con vida. Aunque el tiempo pasó y las autoridades no tenían novedades, nunca perdieron la esperanza. “Para nosotros es un milagro de Dios que a mi papá lo hayan encontrado, porque nunca dejamos de esperar”, comentó emocionada a RPP Noticias.
Este acontecimiento, más que una simple historia de supervivencia, es un testimonio de coraje, paciencia y fe, recordándonos la vulnerabilidad del ser humano frente a la inmensidad del mar, pero también la fortaleza del espíritu humano frente a la adversidad.
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