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México consternado por el secuestro, violación y asesinato de una niña

Recientemente identificaron a la mujer que la retiró de su escuela.

19/02/2020 12:02

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El crimen de Fátima Cecilia Aldriguett, de 7 años, disparó la indignación de los ciudadanos que consideran al Gobierno mexicano incapaz de detener la crisis de violencia en un país con unos 90 homicidios diarios, diez de ellos feminicidios.

Sin haberse recuperado todavía de la conmoción por el asesinato la semana pasada contra Ingrid Escamilla, descuartizada presuntamente a manos de su pareja, México amaneció con la noticia de un nuevo crimen escabroso.

El cuerpo de Fátima fue encontrado una semana después de su desaparición en una bolsa de plástico  y con signos de tortura en la alcaldía Tlahuac, en el sur de la capital mexicana, cerca de Santiago Tulyehualco, donde vivía con su familia.

El examen forense determinó que la causa de muerte fue asfixia por estrangulamiento. Con base en el dictamen, también presentaba contusiones en la cabeza y el cuerpo. Su cadáver estaba envuelto en una bolsa de plástico en un baldío

Antecedentes del caso

La última vez que se vio con vida a la niña, de 7 años, fue el pasado 11 de febrero. Su madre llegó 20 minutos tarde a recogerla al colegio. Otra mujer, Jovana, cuya identidad se acaba de revelar, ya se la había llevado, según recogen las grabaciones de las cámaras de seguridad de la zona.

Según las autoridades, solo hasta el miércoles 12 de febrero su familia interpuso la denuncia por la desaparición.

El retrato hablado de quien la secuestró fue divulgado por la Fiscalía General de Justicia (FGJ) y por la que ofreció una recompensa de dos millones de pesos mexicanos.

La entidad, además, investiga si el crimen fue un feminicidio.

La alcaldesa de la capital, Claudia Sheinbaum, acompañó a la familia en la entrega del cuerpo por parte de los servicios forenses, donde se comprometió a que el crimen no quede impune.

La Fiscalía General de Justicia de Ciudad de México ha detallado que investigan las negligencias que pudieron haber cometido funcionarios locales en este caso, además de considerar el crimen como un feminicidio. 

La tarde del martes el cuerpo de Fátima fue sepultado al son de música de mariachis. Decenas de vecinos de su barrio del sur de la capital acompañaron el cortejo fúnebre. Cargaban flores y globos blancos. Un pequeño féretro del mismo color fue colocado en el hueco abierto en el panteón, entre llantos, mientras en otros puntos de la ciudad decenas de mujeres lanzaban un grito que resuena a lo largo del territorio mexicano: “Ni una más”.

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