Mujer batalla en su país para legalidad de un suicidio asistido

Postrada en una silla de ruedas, Ana Estrada de 42 años, busca que en Perú, su país natal, se modifique las leyes para quienes quieren que se les aplique la muerte asistida que hoy por hoy es prohibida por la ley en su país.

Estrada sufre de polimiositis, enfermedad degenerativa muscular que desde muy joven viene sufriendo y que de a poco esta perdiendo la movilidad por la fragilidad de sus huesos, su alimentación lo hace por una sonda conectada directo a su estómago y usa una traqueostomía para respirar.

“Es luchar por la libertad de elección” dijo la psicóloga en una entrevista a The Associated Press.

Desde sus 20 años que empezó a utilizar sillas de ruedas, no le fue impedimento para graduarse de la Universidad Católica de su país. Logró ejercer su profesión como terapeuta, lo cual le ayudo económicamente para tener su propio departamento.

Desde 2015 que su enfermedad se agravo y paso a tener cuidados intensivos con enfermeras, decidió romper con su pareja y dio en adopción a su gato.

“Es como estar presa en mi propio cuerpo las 24 horas”, menciono

Estrada escribe sus reflexiones en su blog, con el índice derecho, el único dedo que puede mover, se cansa al hablar y respirar. Pero aun se mantiene firme en una batalla ,en donde no le será fácil cambiar las leyes en un país de religión católica y donde tampoco están legalizados el aborto, ni el matrimonio homosexual.

Hasta el momento han hecho oído sordo ante esta petición y nadie del Parlamento la gran mayoría conservador se ha pronunciado, solo la defensoría del pueblo que indico que en las próximas semanas presentara una acción de amparo , ante un juez para que la ley no se aplique cuando Estrada decida enfrentar a la muerte.

“En Perú esta criminalizado el homicidio piadoso con tres años de cárcel, entonces cualquier persona o medico que quiera apoyarla podría estar cometiendo un delito”, dijo el Defensor del Pueblo, Walter Gutiérrez. “No es que su caso cambie la ley, pero abre la ruta”. Añadió.

El suicidio asistido, consiste en el que el paciente se administra a si mismo una droga letal bajo supervisión medica y es legal en varios países del mundo.

Ana considera que su lucha no será en vano. “Si esto existe en otros países yo quiero que exista aqui, al menos (mi lucha) es un pequeño granito de arena para algo que nos haga reflexionar a todos”, dijo.