Tres especialistas y seis residentes del Japonés dan positivo por coronavirus

La situación que enfrentan los profesionales de la salud en estos momentos de emergencia es más que desafiante, insostenible, pues afirman que deben atender cada vez más casos sin contar con los recursos necesarios para combatir la pandemia de coronavirus.

Un médico del Hospital Japonés declaró que el equipo de profesionales que atiende en el nosocomio no ha tenido descanso desde que tuvieron que atender el primer caso de covid-19 y que han tratado de adaptar los espacios para ampliar su capacidad de atención pero que no cuentan con las suficientes camas.

Por otro lado, lamentan que los pacientes utilicen sus celulares para desacreditarlos, ya que suelen grabar en el interior del nosocomio para difundir los hechos en las redes de una manera sesgada y sin mostrar todo el contexto. Dijo que no se valora el sacrificio de este sector que en muchos casos abandona sus casas para no poner en riesgo a sus seres queridos.

"Antes hacíamos guardia entre cinco, ahora hacemos entre dos”, dijo un médico emergencista del Hospital Japonés, que refiere que “debió intubar a un colega y amigo con el que había estado conversando hace pocos días”. 

El médico advirtió que la emergencia del principal hospital público de Santa Cruz está enfrentando una situación crítica, ya que en total diez profesionales se han contagiado por el virus, incluyendo tres médicos titulares y seis residentes.

“Llevo 17 años como médico de emergencias y es común ver morir a la gente en nuestra unidad, porque por lo general es el evento final de una enfermedad grave, pero esto es muy diferente, porque uno lo ve desde otra perspectiva. Ese paciente lo puede matar a uno, o de aquí unos días puede ser mi mujer, mi hijo, mi padre o mi madre quien esté intubado", declaró a otro medio cruceño.

El médico expresó el sentimiento que representa ver a dos de sus colegas intubados, luchando por su vida, mientras otro se recupera de a poco, aunque aún no ha salido de peligro, cuando compartió días atrás con ellos las mismas tareas.

"Morir por falta de aire es lo más feo. Yo he visto como el ancianito se va apagando, pelea poco, pero el joven la pelea hasta lo último, respira utilizando los músculos accesorios, se le ven las costillas y los músculos del cuello tratando de ganar una bocanada de aire. Se ve cómo sus ojos se brotan, cómo sudan y esa mirada de terror. Es feo ver morir así a la gente, por más que uno tenga los años que tenga de experiencia”, reseñó un medio local.