La jornada está marcada por una serie de costumbres arraigadas que reflejan la riqueza cultural y espiritual del país.
16/06/2025 10:20
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Este jueves 19 de junio, Bolivia se unirá en una profunda muestra de fe y tradición para celebrar Corpus Christi, una festividad católica que conmemora la presencia de Jesucristo en la Eucaristía. Más allá de las misas y procesiones centrales, esta jornada está marcada por una serie de costumbres arraigadas que reflejan la riqueza cultural y espiritual del país.
Desde tempranas horas de la mañana, las ciudades se visten de gala. Una de las tradiciones más vistosas es la elaboración de alfombras florales y altares decorados en las calles por donde pasará la procesión. Familias y grupos de estudiantes se unen en esta tarea, utilizando flores, hojas, aserrín teñido y otros materiales para crear diseños que son verdaderas obras de arte efímeras. Estas alfombras, más allá de su belleza, simbolizan un camino de honor para el Santísimo Sacramento.
En muchas regiones, especialmente en el altiplano y valles, se mantiene la costumbre de preparar platos típicos que se comparten en familia después de la procesión. Si bien no hay un plato único a nivel nacional, es común encontrar la "wajta" o "apthapi" en comunidades rurales, una ofrenda de alimentos a la Pachamama (Madre Tierra) en agradecimiento por la cosecha y la vida.
Las procesiones son el corazón de la celebración. El Santísimo Sacramento es llevado en custodia por sacerdotes, acompañado por fieles que caminan con devoción, entonando cánticos religiosos y oraciones. En algunas zonas, la procesión es acompañada por bandas de música tradicional y grupos folclóricos que añaden un toque distintivo a la solemnidad.
También es costumbre consumir frutas durante esta jornada y descansar como una manera de honrar el “cuerpo de Cristo” a través del propio. En ese sentido, una importante cantidad de frutas de temporada, como la chirimoya, uva, mandarina, naranja, kiwi; de frutos secos como maní, poroto, higos, y los tradicionales rosquetes tarijeños, maicillos, hojarascas, suspiros, chambergos, melcochas, entre otros, son comercializados, en particular, en esta fecha.
Mientras tanto, en Santa Cruz, la festividad adquiere un matiz especial con una mega misa pública al aire libre, presidida por el Cardenal. Esta misa masiva es un punto de encuentro para miles de fieles y se distingue por las coloridas coreografías presentadas por las juventudes católicas, que añaden un elemento vibrante y moderno a la tradición.
Además, en algunas comunidades rurales y originarias, Corpus Christi se entrelaza con tradiciones agrícolas y ritos de agradecimiento por la fertilidad de la tierra. La ch'alla de semillas o herramientas agrícolas es una práctica que se observa en ciertos lugares, fusionando la fe católica con las creencias ancestrales.
El ambiente general es de profunda religiosidad y respeto. Las familias se congregan en las iglesias y plazas principales, y la jornada es vista como un momento para la reflexión y la comunión espiritual. A medida que el sol se pone, las celebraciones disminuyen, dejando un sentimiento de paz y unidad en todo el país.
Corpus Christi en Bolivia es, sin duda, una festividad que trasciende lo meramente religioso para convertirse en una expresión vibrante de la identidad cultural y la profunda fe de su gente.
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