El exsenador de Creemos hizo un balance crítico del trabajo legislativo 2020-2025 y aseguró que el MAS solo buscó consensos “por necesidad y no por voluntad política”.
04/11/2025 8:21
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El exsenador Henry Montero, del bloque Creemos, hizo un análisis del trabajo legislativo del último quinquenio (2020-2025), al que calificó como uno de los más difíciles y criticados de los últimos años. Según explicó en una entrevista con El Mañanero, el periodo estuvo marcado por la polarización política, los conflictos dentro del MAS y la falta de acuerdos reales para aprobar leyes en beneficio del país.
Montero recordó que al inicio de la gestión el Movimiento al Socialismo (MAS) tenía un control absoluto en el Parlamento. “Tenían su voto corporativo, levantaban la mano y aprobaban todo. Era una aplanadora”, afirmó. Dijo además que la oposición ingresó al Legislativo con el estigma de ser “golpistas” o “pititas”, tras los hechos de 2019 y la gestión transitoria de Jeanine Áñez.
El exsenador explicó que la situación cambió cuando el MAS se dividió en tres grupos internos: uno que responde a Evo Morales, otro a Luis Arce y un tercero encabezado por Andrónico Rodríguez. “Cuando el MAS perdió su mayoría absoluta, el Gobierno decidió gobernar con el Tribunal Constitucional Plurinacional. Fue entonces que se nos quitó la interpelación a ministros, eliminando un mecanismo clave de fiscalización”, detalló.
Montero aseguró que el MAS empezó a buscar consensos con la oposición, pero no por voluntad política, sino por necesidad. “Recién cuando se vieron sin los votos suficientes comenzaron a dialogar, no porque fueran buena gente, sino porque lo necesitaban para aprobar leyes”, afirmó.
En cuanto a las tareas pendientes, el exsenador subrayó que la elección del nuevo Tribunal Supremo Electoral es una prioridad. “El 19 de diciembre concluye el mandato de los actuales vocales, pero seguramente habrá una prórroga. Sin embargo, eso debe hacerse por ley, no por decisiones unilaterales”, advirtió. También remarcó la necesidad de concretar las elecciones judiciales postergadas y avanzar en una reforma integral de la justicia.
Montero hizo un llamado a los nuevos asambleístas a trabajar por encima de los intereses partidarios. “El mensaje es claro: hay un bien mayor, y ese bien es Bolivia. No podemos repetir los errores de la división interna. Necesitamos concertar para sacar adelante al país”, expresó.
Antes de despedirse, el exlegislador presentó informes de fiscalización sobre hospitales prometidos y no construidos, aeropuertos bajo control político y propuestas de reforma judicial elaboradas por Creemos.
“El país sigue en terapia intensiva. Los nuevos legisladores deben asumir con responsabilidad la tarea de sanarlo”, concluyó Montero, confiando en que la próxima gestión legislativa priorice la unidad y el bien común.
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