Peregrinación por combustible: La gente no tiene otra alternativa que dormir en los surtidores

En la ciudad de Santa Cruz de la Sierra, la situación de abastecimiento de combustible se ha convertido en una verdadera crisis. Las largas y desesperantes filas en los surtidores se han extendido por toda la urbe, provocando que miles de ciudadanos deban dormir en las calles, esperando horas e incluso días para poder llenar sus tanques de gasolina.

El rostro de preocupación es evidente en todos aquellos que, agotados y frustrados, pasan noches enteras en espera de combustible, renunciando a sus trabajos y sus compromisos diarios. “Fui a un surtidor de la Roca y Coronado, después al de la Busch, y terminé en el de la doble vía del quinto anillo, donde llevo dos horas esperando”, relató uno de los ciudadanos que, como muchos, se ve atrapado en esta peña rutinaria.

Aunque las largas colas en las estaciones de servicio no son una novedad en la ciudad, en la última semana la situación ha alcanzado niveles críticos. Las filas de vehículos ahora se extienden de un anillo a otro, serpenteando por las calles, creando un escenario de caos donde los conductores luchan por conseguir lo que para muchos es lo más básico: el combustible necesario para poder trabajar.

La situación no solo ha afectado a los ciudadanos comunes, sino que ha generado una tensión palpable entre los conductores, a tal punto que se han reportado enfrentamientos violentos en algunos surtidores, donde algunos no dudan en pelear para evitar que otros se salten la fila.

Los nervios están a flor de piel, los gritos y los reclamos se escuchan constantemente en cada surtidor, a medida que la población se ha forzado a una constante lucha por lo más básico. “No podemos trabajar todos los días. Solo cargamos para un viaje”, dijo un conductor, visiblemente agotado. Y es que, ante la creciente falta de combustible, la desesperación y el agotamiento mental y físico están a la orden del día para muchos cruceños.

Un equipo de prensa, encabezado por la periodista de Notivisión Magaly Benquique, recorrió los principales surtidores de la ciudad, experimentando en carne propia lo que viven los ciudadanos día tras día. En su recorrido, no lograron llenar sus propios tanques, testigos del colapso de un sistema que no da abasto.