Reporte brasileño desvela fotografías de poderosos narcos del PCC en Santa Cruz

Más revelaciones y Bolivia en el ojo de la tormenta. La red Bandeirantes de Brasil publicó una serie de imágenes en las últimas horas en las que se observa a poderosos líderes del Primer Comando de la Capital (PCC) del vecino país en Santa Cruz de la Sierra.

Este cartel eligió Santa Cruz como su escondite económico y lugar de operaciones para seguir enviando grandes cantidades de cocaína a Europa. En la víspera, una investigación de otro medio de comunicación, O Estado de Sao Paulo, señalaba que Bolivia se convirtió en un “santuario” para dicha organización criminal.

La investigación desvela fotografías y mensajes inéditos obtenidos de los teléfonos celulares del narcotraficante Anderson Lacerda Pereira, alias 'El Gordo', e informaciones de inteligencia de la Policía Federal y de la Policía Civil de San Pablo muestran la ostentación y lo cotidiano de los líderes del cartel. 

El diario Estado indica que el traficante 'El Gordo’ “sueña con ser Pablo Escobar”. Las fotografías y videos hallados en el celular reconstruyen la vida de lujo que tienen los líderes de este grupo criminal en Bolivia

En las imágenes se observa a Anderson Lacerda llegando al aeropuerto Viru Viru, otra en un restaurante y otra junto a su hijo, Renato Bustamante Junior, pupilo de Lacerda, preso hace un mes en Recife por tráfico de sustancias controladas.

Ayer, un trabajo del periodista Marcelo Godoy advertía que la dificultad de actuación de la Policía Federal (PF) y la localización geográfica central en América del Sur transformaron a Bolivia en el santuario del Narcosur, como los investigadores llaman al cartel que reúne representantes de la cúpula del Primer Comando de la Capital (PCC) y asociados en el tráfico internacional de drogas. 

La investigación indica que los peces gordos del negocio ilícito que llegan a territorio nacional, invierten en joyas, clínicas médicas, restaurantes, haciendas y pasean, junto a sus familias, con tranquilidad.

Banderaintes asegura que los narcos cuentan con una red de protección que involucra a policías y militares bolivianos corruptos.