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Economista Bellott: “Es básicamente imposible que el dólar paralelo se acerque al oficial”

El economista Joshua Bellott analizó la caída del dólar paralelo en Bolivia y advirtió que el mercado busca un equilibrio real, con menos especulación y mayor transparencia.

Santa Cruz, Bolivia

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La brecha entre el tipo de cambio oficial y el paralelo en Bolivia sigue generando incertidumbre. Según el economista Joshua Bellott, entrevistado en el programa Que No Me Pierda, esta situación es consecuencia de desequilibrios estructurales en la economía boliviana.

Bellott explicó que la escasez de dólares se debe principalmente a la caída de las exportaciones —sobre todo de gas— y al aumento en las importaciones de hidrocarburos, que ya superan los 3.000 millones de dólares anuales.

“Esto ha provocado una caída de las reservas internacionales netas, que son el respaldo del tipo de cambio oficial, fijo desde hace más de 14 años”, explicó el economista.

Actualmente, el dólar oficial se mantiene en 6,96 bolivianos para la venta, mientras que el paralelo llegó a cotizarse en hasta 20 bolivianos en mayo de 2025, aunque en días recientes ha mostrado una leve baja.

Bellott descartó que ambas tasas se alineen en el corto plazo:

Es básicamente imposible llegar al tipo de cambio oficial. El tipo de cambio paralelo no se va a unir al oficial”.

El especialista atribuye la reciente baja en el dólar paralelo a un cambio de clima político que ha generado mayor confianza entre los agentes económicos. “Esto hace que los dólares guardados regresen al mercado y estabilicen un poco la cotización”, afirmó.

También advirtió sobre el componente especulativo en el comportamiento del mercado:

“Cuando la gente espera que suba mañana, compra hoy para vender más caro. Al aumentar la confianza, ese componente se reduce”.

Proyecciones y política cambiaria

De cara al futuro, Bellott consideró que el tipo de cambio podría estabilizarse en torno a los 9 bolivianos, aunque admitió cierta volatilidad:

“No debería estar por debajo de los 9 bolivianos. Puede fluctuar un poco, pero no más”.

En cuanto a la política del Gobierno, sugirió una mayor flexibilidad cambiaria:

“La idea es dejar flotar el tipo de cambio. No queremos que un político fije el precio, sino que el mercado determine un nivel adecuado”.

Subrayó la necesidad de mejorar la liquidez y conexión entre mercados regionales para fortalecer la confianza en el sistema:

“Se necesitan mecanismos que conecten todos los mercados regionales y aumentar la oferta de dólares. Eso promueve previsibilidad, reduce la especulación y mejora las expectativas de la población”.

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