El grupo de la Universidad de Cambridge, liderado por la bióloga Magdalena Zernicka-Goetz, ha conseguido replicar el experimento en ratones, consiguiendo además de un corazón que late, estructuras más complejas, como el cerebro anterior.
25/08/2022 15:49
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El mundo se sorprendía hace unas semanas cuando el laboratorio israelí liderado por el biólogo Jacob Hanna publicaba un estudio en la revista 'Cell' demostrando que había sido capaz de cultivar embriones sintéticos más allá del octavo día de desarrollo a partir de células embrionarias de ratón, pero sin utilizar esperma, óvulos o tan siquiera un útero de ratona. Ahora, un equipo de la Universidad de Cambridge ha emulado este mismo experimento consiguiendo una tasa de éxito algo mayor que el grupo de Hanna y un cerebro con estructuras más complejas. Los resultados acaban de publicarse en la revista 'Nature'.
A partir de células embrionarias de ratón, se crearon grupos celulares que fueron introducidos en una suerte de 'útero mecánico' -ideado de hecho por Hanna, quien también es autor del estudio de Cambridge-, donde los embriones flotan en pequeños botes con una solución llena de nutrientes. Los vasos de precipitados están encerrados en un cilindro giratorio que los mantiene en constante movimiento y simula cómo la sangre y los nutrientes fluyen hacia la placenta. El dispositivo también replica la presión atmosférica del útero de un ratón.
Así es como los investigadores, encabezados por la bióloga Magdalena Zernicka-Goetz, profesora en el departamento de desarrollo de mamíferos y biología de células madre en el Departamento de Fisiología y Neurociencia de Cambridge, consiguieron imitar los procesos naturales de la reproducción pero en el laboratorio; para ello, 'guiaron' a las células madre para que se organizaran en estructuras que progresaron a través de las sucesivas etapas de desarrollo hasta que los embriones presentaron corazones que latían y los cimientos de un futuro cerebro -aunque el sistema no imita completamente todas las fases de desarrollo-, además de estructuras del exterior del embrión, como el saco vitelino y la placenta.
Sin embargo, no estaban presentes otras estructuras, como el cordón umbilical, lo que no hace posible implantar estos embriones en un útero para que lleguen a nacer. "En su forma actual, estas estructuras parecen y muestran los patrones de expresión génica de los embriones, pero no son embriones reales. El estándar de oro para un embrión de ratón sería implantarlo en el útero de una hembra receptiva y desarrollarlo a término. Pero carecen de las estructuras que les permitirían implantarse en el útero y desarrollarse más", señala Zernicka-Goetz.
También los dos laboratorios indican que hay posibilidades, a largo plazo, de poder utilizar este sistema para crear órganos sintéticos 'a la carta' para trasplantes. "También debería ser posible afectar y curar órganos adultos utilizando el conocimiento que tenemos sobre cómo se fabrican", señala la bióloga. "El embrión es la mejor bioimpresora 3D. El mejor método para crear órganos y tejidos adecuados", afirma Hanna, quien ha declarado que ha empezado a probar con sus propias células para crear embriones sintéticos humanos.
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