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Estudio: Número de espermatozoides y tamaño del pene se está reduciendo por la contaminación

Shanna Swan en su libro, Count Down (cuenta atrás), narra cómo la humanidad se enfrenta a una "crisis existencial" por las tasas reducidas de fertilidad como resultado de una sustancia química llamada ftalatos.

29/03/2021 19:11

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Mucho se ha estudiado sobre el número de espermatozoides y si éste se puede ver afectado por diversos factores, uno de ellos podría ser el covid-19, sin embargo, una reciente investigación indica que tal vez el tamaño del pene y los espermatozoides se están reduciendo debido a la contaminación, así como al exceso de plásticos.

De acuerdo con el libro Countdown de la epidemióloga ambiental Shanna Swan, retomado por The Guardian, desde la década de los 70 se ha visto una reducción en el número de espermatozoides, lo cual pone en riesgo a la humanidad, ya que esto podía reducir la natalidad.

Shanna Swan menciona en su libro que el recuento de espermatozoides podría llegar a cero para el año 2045. La especialista asocia este suceso al uso de productos químicos como envases de plástico, envoltorios de alimentos, ropa impermeable hasta fragancias que se utilizan en productos de limpieza, jabones, así como el uso de electrónicos.

Elementos como el plástico son considerados como productos químicos permanentes, lo que quiere decir que estos no se degradan en el medio ambiente o en el cuerpo humano, sino que se van acumulando y provocan daños.

Varios estudios ya han alertado de que la contaminación reduce la fertilidad de las mujeres y los hombres. Ahora, Shanna Swan, profesora de medicina ambiental y salud pública de la escuela de medicina Mout Sinai en Nueva York, ha publicado un libro sobre sus estudios de las tendencias de la fertilidad. En él recoge que la contaminación está provocando el encogimiento de los penes humanos.

Estos compuestos están provocando que los bebés nazcan con genitales malformados y también el encogimiento de los penes. Los ftalatos se pueden encontrar en juguetes, envases de alimentos, detergentes, cosméticos y más productos.

Ya en 2017 advirtió en un estudio que el recuento promedio de espermatozoides entre los hombres occidentales se ha reducido a más de la mitad en los últimos 40 años. "El mundo moderno amenaza el conteo de espermatozoides, perturba el desarrollo reproductivo masculino y femenino y pone en peligro el futuro de la raza humana", cuenta en el libro.

En su libro, Swan escribe:

“El problema no es que algo esté intrínsecamente mal en el cuerpo humano tal y como ha evolucionado a lo largo del tiempo; es que las sustancias químicas de nuestro entorno y las prácticas de estilo de vida poco saludables de nuestro mundo moderno están alterando nuestro equilibrio hormonal, causando diversos grados de estragos reproductivos que pueden frustrar la fertilidad y provocar problemas de salud a largo plazo incluso después de haber dejado la edad reproductiva.”

El efecto acumulativo de los disruptores endocrinos afecta a varias generaciones. Patrician Hunt, genetista reproductiva de la Universidad Estatal de Washington, realizó experimentos con ratones. Cuando se expuso a ratones lactantes a sustancias químicas perturbadoras durante unos días, sus testículos de adultos produjeron menos esperma. Los ratones transmitieron esta propensión a su descendencia y, tras tres generaciones de exposición, una quinta parte de los ratones macho eran infértiles.

“Me parece especialmente preocupante”, dijo el profesor Hunt a The New York Times. “Desde el punto de vista de las exposiciones humanas, se podría argumentar que estamos llegando a la tercera generación justo ahora”.

 

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