A donde sea que salga con su hijo, Keia debe llevar los papeles de adopción, ya que en más de una ocasión la han acusado de secuestro (incluyendo detenciones policiales). Aun así, para ella la familia no se trata de sangre, sino de amor, y espera que los demás lo entiendan.
11/05/2021 18:32
Escuchar esta nota
Keia Jones Baldwin, una mujer afroamericana que vive en Estados Unidos y que decidió formar una familia diversa.
Cuando Keia, junto a su esposo Richard tuvieron la idea de adoptar, en un principio se imaginaban dándole un hogar a un niño o niña algo más grande, puesto que sus hijos biológicos bordean la mayoría de edad, sin embargo aquellos planes dieron un vuelco enorme cuando la asistente social con la que ya habían hablado les pregunta si están dispuestos a acoger a un niño en el hospital.
La pareja fue al recinto hospitalario y se encontró con Princeton, un bebé prematuro hijo de una mujer adicta a las drogas. Para ellos fue todo una sorpresa ya que el recién nacido era blanco.
Viviendo en Carolina del Norte, saben que su estado se ha identificado por problemas de racismo años atrás, pero esta situación iba más allá de eso y se trataba de darle una familia a un pequeño cuya madre sería un pésimo ejemplo. Cuando Princeton fue dado de alta en la UCI, el matrimonio firmó los papeles.
Cualquiera esperaría que acá hubiese una conclusión y un final feliz, pero resulta que a medida que el pequeño crecía y lo sacaban a pasear, las miradas de la gente no dejaban de clavársele a la familia. Un día en particular, cuando Princeton había cumplido dos años y fueron de vacaciones a Tennessee, decidieron sacarse una fotografía temática todos juntos y el fotógrafo le pregunta a Keia si era su hijo, a lo que ella respondió que sí.
El fotógrafo le dijo que le había tomado una fotografía al pequeño dos semanas antes, los acusó de secuestro y la policía llegó en minutos al local, arrestando a los padres sin dar explicaciones.
Desde aquel incidente pasó ya un año y desde ahora la familia debe llevar consigo los papeles de adopción a donde sea que vayan con Princeton. Para Keia salir todos de casa “se transforma en un concurso de miradas” y en más de una ocasión han sido acusados de secuestro, provocando episodios de ansiedad en todos.
“Princeton tiene casi 3 años y me asusta cuando salimos y la gente me pregunta si soy su mamá. Me mira con esos ojos azules como, ‘¿Qué quieres decir? ¿Qué está pasando?’ Es desgarrador. No sabe que es adoptado. Queremos decírselo de una manera hermosa y en nuestros propios términos “.
Keia y Richard también son padres de Zariyah, 16, Karleigh, 17 y Ayden de 9 años, y pese a los episodios por racismo que han vivido, aman la multiculturalidad única que tienen como familia.
La última vez que entre todos sufrieron de un ataque directo, fue cuando visitaron un restaurante nuevo para almorzar y una mujer que se sentaba al lado de ellos los comenzó a amenazar por secuestrar a Princeton y causó un revuelo con los demás comensales. Pese a que traían consigo los papeles de adopción, la mujer no les quiso creer y llamó a la policía. Keia grabó todo el enfrentamiento y logró denunciar a la agresora por calumnias.
“No veo a la familia como sangre. Veo a la familia como amor”, cuenta Keia agregando que en los tres años medio que Princeton ha estado en sus vidas les ha enseñado a ellos como padres a crecer también. La familia hoy lleva una lucha en redes sociales en contra del racismo y a favor de la multiculturalidad contando su historia además desde la vereda de la adopción, un proceso que nunca termina y va haciendo cada vez más grande el corazón.
Mira la programación en Red Uno Play
17:00
18:55
20:45
22:05
00:00
01:00
17:00
18:55
20:45
22:05
00:00
01:00