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¡De no creer! Un pueblo es habitado por más espantapájaros que personas en Japón

Puede sonar a película de terror, pero Nagoro y sus muñecos existen. La aldea se sitúa en la Isla de Shikoku, en la prefectura de Tokushima.

29/03/2024 7:29

El primer muñeco estaba destinado a ser simplemente un “kakashi” o espantapájaros. El padre le dio permiso para que se pareciera a él. Pero como lo vistió con su ropa, los vecinos creían que estaba trabajando en el campo desde la mañana. (REUTERS/Thomas Peter)
Nagoro, Japón

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Hace dos décadas, la aldea japonesa de Nagoro se enfrentaba al riesgo de ser olvidada en la vastedad del tiempo. Una comunidad que una vez floreció con alrededor de 300 habitantes se había reducido drásticamente a tan solo 20, víctima de la migración hacia las ciudades y el declive económico provocado por la extinción de empleos locales. Sin embargo, en medio de este panorama desolador, una figura singular ha transformado el destino de Nagoro y la ha catapultado a la fama internacional.

Los muñecos fueron creados por la artista Ayano Tsukimi, quien vivió en el pueblo en su infancia.

Ayano Tsukimi, nativa de Nagoro, regresó a su aldea natal en 2002 para cuidar a su padre enfermo, y con ella trajo una visión única que revolucionaría el lugar. Inspirada por la necesidad de proteger su huerto de los pájaros, Tsukimi creó su primer espantapájaros, modelado a semejanza de su padre. Esta simple solución desencadenó una serie de eventos que llevarían a la creación de una atracción única en el mundo.

Armada con ingenio y creatividad, Ayano comenzó a fabricar muñecos de madera y trapo que representaban a los habitantes ausentes de Nagoro, capturando la esencia de la vida en la aldea y reavivando recuerdos de tiempos pasados. Hoy en día, el Valle de las Muñecas en Nagoro cuenta con alrededor de 400 figuras que recrean escenas de la vida cotidiana, desde actividades agrícolas hasta escenas escolares, inmortalizando el patrimonio cultural de la comunidad.

Tsukimi Ayano camina hacia una de sus creaciones, uno de los cientos de espantapájaros que habitan en la aldea japonesa de Nagoro (Reuters) Imagen: 1/3Times)

Este proyecto único ha atraído la atención de turistas de todo el mundo, quienes se acercan a Nagoro para presenciar de cerca esta fascinante exhibición. Algunos encuentran el ambiente de la aldea y sus muñecos inquietantemente intrigantes, mientras que otros lo ven como un hermoso intento de mantener viva la memoria de un lugar y su gente. Sin embargo, para algunos, el Valle de las Muñecas sirve como un triste recordatorio del desafío de la despoblación rural que enfrenta Japón.

yano ha colocado muñecos en todos los lugares donde una vez hubo gente. No ha sido una tarea fácil porque las figuras se van deteriorando con el tiempo y hay que reemplazarlas. Como están a la intemperie, cada muñeco dura un máximo de 3 años en buen estado. (REUTERS/Thomas Peter)

Sea cual sea la percepción, el legado de Ayano Tsukimi convirtió a Nagoro en un punto de referencia inesperado en el panorama turístico japonés, demostrando que la creatividad y la pasión pueden revivir incluso los lugares más olvidados.

Como en muchas aldeas rurales de Japón, en Nagoro quedan unos pocos adultos; los niños y jóvenes emigran en busca de oportunidades (Nadia Shira Cohen para The New York

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