Doña Prudencia, la “Mamá Coco” peruana está a punto de cumplir 110 años

En una pequeña vivienda del distrito de Mi Perú, en el Callao, vive doña Prudencia Illaconza, una mujer que parece salida de un cuento, o más bien, de una película. A sus 109 años, y con una sonrisa que parece guardar un siglo de historias, doña Prudencia ha sido apodada cariñosamente “Mamá Coco” por sus nietos, por su asombroso parecido con la entrañable abuelita de la película de Disney Coco. Y no solo por sus rasgos físicos, sino también por su dulzura, serenidad y esa mirada que transmite cariño y sabiduría.

Nacida el 13 de septiembre de 1915 en el caserío de Cuije, en la sierra ayacuchana, esta admirable mujer está próxima a alcanzar un hito poco común,  convertirse en supercentenaria, es decir, cumplir 110 años de vida. Un privilegio reservado para muy pocos en el mundo.

Madre de 9 hijos, abuela de 29 nietos y bisabuela de 24 bisnietos, Prudencia ha sido el pilar de una extensa familia que la rodea con cariño. Recientemente, cobró su pensión del programa Pensión 65, del cual es la usuaria más longeva en toda Lima Metropolitana y el Callao. Una vida entera de esfuerzo y trabajo encuentra hoy un reconocimiento digno, su historia se conoció a través de Marcona TV.

Desde muy joven, Prudencia se dedicó al cultivo de la tierra y al cuidado de animales. Aprendió de su padre el arte del tejido tradicional ayacuchano con lana de oveja, con el que tejía mantas y ponchos que vendía para sacar adelante a su familia. “Tejía de día y también de noche, cuando mis hijos dormían”, recuerda con una voz suave, mientras acaricia un chal tejido por sus propias manos.

Su longevidad, dice su familia, se debe a una vida activa, una alimentación natural y, sobre todo, al amor que siempre ha dado y recibido. Cada visita a su hogar se convierte en una celebración, entre risas, anécdotas y abrazos, los más jóvenes de su familia se nutren de su ejemplo y sabiduría.

Doña Prudencia no tiene prisa. Camina despacio, con bastón, pero con paso firme. Espera su cumpleaños número 110 con calma, rodeada de quienes la quieren. Y aunque para muchos ella ya es una leyenda viviente, para sus nietos, seguirá siendo simplemente “Mamá Coco”.