Cortolima pidió no retirar animales de su hábitat.
07/08/2020 11:00
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Hace pocos días, Elber Guzmán iba en su moto rumbo a una finca de Totarito, vereda ubicada en la zona rural del municipio de Alvarado. De repente vio a un pequeño felino con el pelaje carmelito cerca de la vía. Frenó en seco para auxiliarlo.
“Pensé que era un gatito y que alguien lo había abandonado. Por eso decidí recogerlo para auxiliarlo. En la zona hay muchos animales y me da mucho pesar verlos abandonados. Como creía que se trataba de un gato, dije que si no podía tenerlo en mi casa se lo regalaría a un fincario para que termine de criarlo”, asegura Guzmán mientras acaricia al diminuto felino.
En su casa, el campesino le dio comida de sal y leche entera. Pero el comportamiento del cachorro le llamó la atención. “No se comportaba como un gato. Empecé a investigar y encontré que la Corporación Autónoma Regional del Tolima (Cortolima) había rescatado hace poco a un felino yaguarundí en el aeropuerto de Perales”.
Guzmán evidenció que ambos cachorros eran idénticos. Contactó a los expertos de Cortolima para que recogieran al pequeño yaguarundí que tenía en su finca y así lo pudieran devolver a su vida silvestre.
Los funcionarios de la autoridad ambiental evidenciaron que se trataba de una hembra con dos meses de vida. Aunque le agradecieron al campesino por rescatarla de una vía, su acto de generosidad le ocasionó algunas secuelas.
“Aunque no tenía heridas o lesiones, la felina presentaba algunos cuadros clínicos y una desnutrición porque fue alimentada con comida de sal y leche entera. En edad juvenil, los yaguarundí suelen aventurarse frecuentemente a sitios alejados, por lo cual posiblemente la mamá debe estar en un lugar cercano de donde la recogieron”, explicó Rodrigo Herrera, subdirector de calidad ambiental de Cortolima.
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