El hallazgo, observado en aguas de Ibiza, revela cómo los pulpos salvajes pueden adaptarse y regenerarse tras lesiones graves.
01/05/2025 14:37
Escuchar esta nota
El descubrimiento es fruto de cinco meses de seguimiento a un ejemplar de Octopus vulgaris, realizado por investigadores del Instituto de Investigaciones Marinas (IIM-CSIC, Vigo) y del Centro Oceanográfico de Baleares (COB-IEO-CSIC), dentro del proyecto ECOSUMA.
Esta es la primera vez que se documenta, en su entorno natural, un brazo dividido en dos ramas que se utiliza de manera activa y diferenciada.
El estudio destaca la capacidad del pulpo para reorganizar el uso de sus brazos y adaptarse a su nueva anatomía.
“Los pulpos tienen un sistema nervioso distribuido y brazos increíblemente flexibles, lo que les permite interactuar con el entorno de formas únicas”, explican los autores. A lo largo del seguimiento, se observó cómo el uso de los brazos bifurcados cambió: al principio se empleaban para tareas cercanas al cuerpo, pero con el tiempo participaron en acciones más complejas, como la búsqueda de alimento.
Más allá del fenómeno biológico, el estudio abre nuevas vías para la investigación en campos como la robótica, la medicina regenerativa y la conservación marina. El comportamiento observado en este pulpo plantea preguntas fundamentales sobre cómo su sistema nervioso se adapta a extremidades regeneradas o alteradas.
Mira la programación en Red Uno Play
01:00
03:00
04:00
04:55
05:55
06:00
01:00
03:00
04:00
04:55
05:55
06:00