53 jóvenes privados de libertad del Centro de Rehabilitación y Reinserción Social “Qalauma”, que recibieron formación en emprendedurismo.
26/11/2024 10:13
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Daynor cuenta que al llegar a Qalauma pensó que todo estaba perdido, hoy siente que la educación le da una segunda oportunidad. Es uno de los 53 jóvenes privados de libertad del Centro de Rehabilitación y Reinserción Social “Qalauma”, que recibieron formación en emprendedurismo, liderazgo y habilidades blandas a través de una iniciativa impulsada por el Centro e Incubadora de Emprendimientos y Negocios (CIEN), de la Universidad Franz Tamayo (Unifranz El Alto), junto a Visión Mundial Bolivia (proyecto Youth Ready), la Fundación Aydha y la Dirección General de Régimen Penitenciario de La Paz.
“Todos los conocimientos que he adquirido los voy a aplicar afuera. La excelencia la he logrado gracias a los conocimientos que mi profesor me dio. Para lograrlo, hay que tener más de 85 puntos en todos los semestres”, cuenta orgulloso, Daynor, tras superar el curso de técnico básico, auxiliar, medio A y medio B, todos con puntajes sobresalientes.
La reinserción a la sociedad de un privado de libertad es una tarea complicada, pero estos 53 jóvenes demostraron estar comprometidos con una segunda oportunidad. Se formaron en carreras técnicas como repostería, mecánica, robótica, y otras del Centro de Educación Alternativa (CEA).
Las carreras del CEA fueron acompañadas por cursos de emprendimientos y habilidades blandas, otorgados por Unifranz. El objetivo fue brindar a los internos habilidades empresariales, blandas y de gestión para que, posteriormente, al recuperar su libertad, puedan iniciar sus propios emprendimientos.
“Para el CIEN ha sido muy alentador apoyar a estos jóvenes que necesitan adquirir las diferentes herramientas y habilidades que les hemos brindado para que puedan fortalecer sus emprendimientos”, destaca Patricia Pozo, directora de la carrera de Administración de Empresas de Unifranz, refiriéndose al trabajo en el centro de rehabilitación.
Aprender a emprender, según la académica, es uno de los pilares fundamentales que sostiene esta iniciativa.
“Lo que forma parte de la reinserción social son dos pilares fundamentales, el trabajo y el estudio. Hemos tenido la capacitación de marketing, contabilidad, estudio de mercado, todo lo que es enfocado a un emprendimiento por Unifranz”, señala Daniel Callizaya, director departamental de Régimen Penitenciario de La Paz, quien agradece el involucramiento de las instituciones educativas y fundaciones en la reinserción social.
Cristian, otro joven privado de libertad, elegido para dar unas palabras en el acto de graduación, aseguró sentirse emocionado porque hoy apuestan por reencaminar sus vidas.
“Estos cursos son demasiado importantes, nos han motivado, nos han ayudado mucho, nos dieron ganas de seguir adelante. Estamos privados de la locomoción, pero no se nos han privado del estudio. Nos sentimos muy orgullosos por haber logrado este cometido”, comentó en su discurso.
Por su parte, Angel Chipana, gerente de operaciones de World Vision Bolivia, destaca el trabajo colaborativo que se realizó entre la fundación, la universidad y las autoridades nacionales, responsables del sistema penitenciario.
“Estamos muy contentos porque hoy hemos visto plasmado la culminación de todo este proceso de aprendizaje. Esto es producto del trabajo conjunto”.
Mirada al futuro
Los jóvenes, tras purgar su pena, se enfrentan a la estigmatización que existe sobre los exprivados de libertad y a la búsqueda de formas para reinsertarse plenamente. Abisail, piensa en el futuro y dice con seguridad que saliendo de su encierro fabricará productos de robótica para comercializarlos.
“Mi objetivo de este trabajo es que lo haga bien y saliendo de aquí pueda seguir fabricando más cochecitos para que afuera se pueda vender”, asegura. En 2 semanas trabajó en un pequeño auto con control a distancia, con programación arduino, puente H, módulo bluetooth y luces LED “para que se vea elegante”.
El director de Régimen Penitenciario cuenta que muchos de los jóvenes que dejan Qalauma miran su futuro en emprendimientos y pequeños negocios, lo que lo llena de orgullo. La dirección tiene un programa post rehabilitación, en el que hacen seguimiento a los jóvenes que estuvieron en el centro.
“Lamentablemente, afuera es complicado conseguir trabajo para cualquier persona, imagínense para un exprivado de libertad se le hace el doble de complicado. Es por eso que con los centros productivos es que hacemos que tengan esa mente emprendedora”, finaliza.
El trabajo colaborativo en esta experiencia fue fundamental para la consolidación de sus estudios, reinserción social y rehabilitación, como herramientas para evitar que vuelvan a delinquir.
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