En la actualidad, las empresas buscan candidatos que no solo conozcan los conceptos, sino que también sepan aplicarlos con criterio, lo que pone en evidencia la brecha entre una formación teórica frente a una formación académica con práctica.
03/07/2025 14:44
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Hoy, el mundo laboral es competitivo y la inexperiencia puede convertirse en un obstáculo considerable para aquellos que buscan su primer empleo. Aunque muchos jóvenes profesionales culminan sus estudios con una formación teórica, el salto de la universidad al mundo laboral suele representar desafíos para los nuevos profesionales.
Erick Montaño, Vicerrector Académico Nacional de la Universidad Franz Tamayo, Unifraz, sostiene que la manera más efectiva de enfrentar los desafíos que presenta el mundo laboral actual es a través de la experiencia práctica que complementa la formación teórica. Es fundamental vivir y aplicar en la práctica aquello que se estudia en aula.
“El conocimiento teórico es fundamental, pero no suficiente. Vivimos en un mundo que exige acción, adaptabilidad y pensamiento crítico. La integración de experiencias prácticas en el currículo permite que el estudiante experimente, se equivoque, aprenda y resuelva problemas reales”, sostiene Montaño.
En la actualidad, las empresas buscan candidatos que no solo conozcan los conceptos, sino que también sepan aplicarlos con criterio, lo que pone en evidencia la brecha entre una formación teórica frente a una formación académica con práctica.
Paola Sanjinés, Analista de Talento Humano del Banco Económico, sostiene que es valorable contar con una experiencia previa, sin embargo, los conocimientos adquiridos en la academia marcan un avance importante en la seguridad del estudiante.
“Es bastante importante, porque se aplica todas las cosas que uno aprende en la universidad, Además se desarrolla y se mejora las habilidades en el trabajo, que actualmente se están formando profesionalmente”, explica Sanjinés.
Aunque la formación académica sólida es indispensable, cada vez es más evidente que el conocimiento teórico, por sí solo, no basta para responder a las demandas del mercado actual. En este contexto, la práctica en la formación universitaria, ya sea a través de simulaciones, laboratorios, talleres o proyectos, se convierte en un pilar esencial para preparar a los estudiantes para su primer empleo.
“El nuevo profesional va a salir más competente para desarrollarse dentro del círculo laboral. Generalmente muchos de los profesionales salían un poco tímidos o apagados y les costaba adaptarse, sin embargo, con las pasantías, nuevas experiencias, o nuevas modalidades de práctica el profesional ya sale prácticamente listo para entrar al ámbito laboral y desempeñar un cargo”, sostiene Luis Fernando Soliz, Encargado de capacitaciones de la Cámara Nacional de Industrias (CNI).
La práctica en la formación académica cumple un rol crucial al traducir los conceptos teóricos en experiencias aplicadas. Cuando un estudiante tiene la posibilidad de desarrollar proyectos reales, resolver problemas concretos, participar en debates críticos o enfrentarse a situaciones laborales simuladas, que consolida su aprendizaje y es valorado en el entorno profesional.
“Básicamente nosotros tomamos más este tipo de perfiles, porque la empresa precisa que las personas pueden tener un conocimiento previo en el área en el que van a ingresar justamente, y porque eso también ayuda a que todas las personas puedan desarrollar sus habilidades”, sostiene Diana Villanueva, analista de Recursos Humanos de AXS Bolivia. Esta aproximación práctica también contribuye a desarrollar una mentalidad proactiva y resolutiva de los estudiantes.
En las aulas, cuando se promueven casos reales, desafíos de innovación o vínculos con empresas e instituciones, los estudiantes comienzan a entrenar su criterio profesional y su capacidad para tomar decisiones. Así, al llegar a su primer trabajo, no lo hacen como principiantes absolutos, sino como jóvenes con una base aplicada que los diferencia del resto, donde la inexperiencia representa una carga.
Aprender haciendo, formación práctica para el mundo real
El modelo educativo de Unifranz, basado en el enfoque de aprender haciendo, transforma la experiencia académica en una preparación directa para los retos del mundo laboral.
“Aprender haciendo permite que nuestros estudiantes desarrollen competencias reales y rasgos de nuestro modelo de persona desde el inicio de su formación”, sostiene la autoridad de Unifranz.
Una formación integral con prácticas ayuda a reducir la ansiedad que muchos jóvenes sienten al enfrentarse a su primer empleo. Al haber transitado experiencias similares dentro de la universidad, el temor al fracaso disminuye, y la confianza en sus capacidades aumenta. Esto es vital en un mundo laboral competitivo, donde la seguridad personal es tan importante como el conocimiento técnico.
“Básicamente nosotros tomamos más este tipo de perfiles, porque la empresa precisa que las personas pueden tener un conocimiento previo en el área en el que van a ingresar justamente, y porque eso también ayuda a que todas las personas puedan desarrollar sus habilidades”, sostiene Diana Villanueva, analista de Recursos Humanos de AXS Bolivia.
En un contexto laboral cada vez más exigente la experiencia práctica proveniente de una formación profesional integral, no solo es un complemento, sino una parte esencial del proceso formativo universitario. Es la vía que permite a los estudiantes cruzar con mayor seguridad el puente entre la teoría y el trabajo, entre el conocimiento y la acción, entre la universidad y el mundo real. “Esta combinación de teoría y práctica transforma la formación en una vivencia profunda y significativa”, concluye Montaño.
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