La economía creativa, también conocida como economía naranja, abarca todas las actividades que transforman ideas en bienes y servicios culturales, cuyo valor reside en la propiedad intelectual y la innovación, como el arte, turismo, ocio y entretenimiento, moda, desarrollo tecnológico de software y otras.
31/12/2024 13:57
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Marco Ancasi es director de un grupo de música en aymara para que los niños aprendan el idioma, pero a pesar de que busca la forma de promocionar sus canciones, ve que no hay políticas públicas que fomenten el sector y por ende a la economía creativa. Por ello, la investigación académica “Creatividad y emprendimiento: Nuevas economías en Bolivia” presenta 10 propuestas de políticas públicas “concretas” para fomentar la economía creativa.
Las propuestas de políticas públicas son: protección a la propiedad intelectual, valores y emulación, capacitación de capital humano, infraestructura, reducción de trámites, independencia y libertad, promover la importancia del emprendimiento, facilitar el acceso a financiamiento, promoción de exportaciones de productos creativos y escuchar las preferencias de los bolivianos.
La economía creativa, también conocida como economía naranja, abarca todas las actividades que transforman ideas en bienes y servicios culturales, cuyo valor reside en la propiedad intelectual y la innovación, como el arte, turismo, ocio y entretenimiento, moda, desarrollo tecnológico de software y otras. El Banco Interamericano de Desarrollo (BID) estima que en Latinoamérica la economía creativa representa casi un 4% del PIB regional.
El trabajo académico boliviano reúne diversas investigaciones sobre el sector naranja y fue elaborado por la Universidad Franz Tamayo, Unifranz, y el Centro de Estudios de la Realidad Económica y Social (CERES).
“A pesar de que se logró identificar más de 10 políticas públicas concretas, reconocemos que no todas pueden ser fácilmente ejecutables en el contexto boliviano actual”, reconoce Santiago Laserna, autor del trabajo investigativo y director de proyectos del CERES.
El capítulo “Políticas públicas para fomentar la economía creativa en Bolivia” fue realizado por Laserna. El trabajo se compendió junto a otras investigaciones en un libro, presentado en el segundo Foro de Economía Creativa, en Cochabamba, evento organizado por Unifranz.
“Nuestro país está atravesando nuevamente una etapa difícil en los ámbitos político, social y económico, y las prioridades de nuestros gobernantes y legisladores no siempre se alinean con las prioridades de quienes analizamos la economía creativa y la promovemos”, suma Lasarte.
No obstante, hay avances, como el trabajo en la reglamentación de la Ley Municipal 1354 de Economía Creativa, que impulsan el Gobierno Autónomo Municipal de Cochabamba, el Instituto de Progreso Económico Empresarial (IPEE) de Unifranz, la Cámara de Industria, Comercio y Servicios (ICAM), la Fundación Kallpa y la Red cultural Mercosur.
Para Verónica Ágreda, rectora nacional de Unifranz y Secretaría Académica de la Asociación de Universidades Privadas de Bolivia (ANUP), “existe un enorme potencial en la economía creativa porque es una alternativa interesante a aquella que nos expone a seguir utilizando nuestros recursos naturales”.
Del 21% de la Población Económicamente Activa (PEA), alrededor de 1.428.000 personas forman parte de la economía creativa, según datos del CERES, en base a datos del Instituto Nacional de Estadística (INE). Las ciudades con mayor porcentaje de trabajadores en actividades creativas son La Paz, Santa Cruz, Cochabamba y Chuquisaca.
El concepto de economía naranja se trabajó y propuso por el expresidente colombiano Iván Duque y el investigador Felipe Buitrago, en su libro “La economía naranja, una oportunidad infinita”. Los autores aseguran que este color “suele estar asociado con la cultura, la creatividad y la identidad”.
La economía naranja es una propuesta diferente a la economía extractivista que aún se mantiene en Bolivia, explica Lasarte. El autor de la investigación desarrolla las 10 propuestas de políticas públicas, que se resaltan en su libro de investigación:
1. Implementación de políticas de protección a la propiedad intelectual
Fortalecer la legislación y los sistemas de protección de derechos de autor, marcas registradas y patentes es esencial para fomentar la innovación en las industrias creativas. Se proponen medidas como campañas educativas dirigidas a creadores y consumidores sobre la importancia de respetar los derechos intelectuales. También se debe buscar promover la cooperación internacional para implementar estándares globales, facilitando la exportación de productos creativos con garantías legales.
2. Cultura: valores y emulación
Se debe dar la importancia necesaria para establecer un cambio cultural que valore la creatividad y el emprendimiento como pilares del desarrollo económico. Se busca visibilizar casos de éxito en el sector creativo para inspirar a nuevos talentos, promoviendo la creatividad como un valor social. Además, se plantea una narrativa positiva en torno a la economía creativa, destacando su impacto no solo en el ámbito económico, sino también en la cohesión social y cultural.
3. Educación y capacitación de capital humano
Se propone una reforma educativa que incorpore habilidades creativas y digitales en los currículos escolares y universitarios. La capacitación en áreas como diseño, tecnología, música y producción audiovisual debe alinearse con las necesidades del mercado laboral global. Además, se sugiere el desarrollo de programas especializados y asociaciones con empresas para garantizar una transición efectiva entre la formación y el empleo en la economía creativa.
4. Trabajar en la infraestructura
Se debe abordar la necesidad de mejorar tanto la infraestructura física como la digital para apoyar el desarrollo de las industrias creativas. Esto incluye la creación de centros de innovación, laboratorios creativos y coworkings que faciliten la colaboración entre emprendedores. En el ámbito digital, se enfatiza la importancia de garantizar conectividad a internet de alta velocidad y plataformas en línea para comercializar productos creativos, especialmente en áreas rurales.
5. Reducción de trámites
La burocracia es una de las principales barreras para la formalización de negocios en el sector creativo boliviano, dice Laserna. Se propone simplificar los procesos de registro y ofrecer incentivos fiscales para nuevos emprendimientos. Además, se sugiere la creación de una ventanilla única que permita gestionar todos los requisitos legales y administrativos de manera ágil y accesible, reduciendo costos y tiempos para los emprendedores.
6. Independencia y libertad
La creatividad requiere de un entorno donde la libertad de expresión y la autonomía de los creadores sean protegidas, apunta el autor. Este punto resalta la importancia de garantizar un marco legal y social que respalde la independencia de los artistas y emprendedores frente a posibles censuras, restricciones o presiones políticas. La promoción de un ambiente donde las ideas puedan florecer libremente es clave para el éxito de la economía creativa.
7. Promover la importancia del emprendimiento
Se busca posicionar al emprendimiento creativo como un motor clave del desarrollo económico, cultural y social del país. Para ello, se plantean programas de mentorías, redes de apoyo y eventos que impulsen el intercambio de conocimientos entre emprendedores. También se recomienda que el gobierno y el sector privado trabajen juntos para visibilizar el valor de las industrias creativas como un sector estratégico.
8. Facilitar el acceso a financiamiento: filantropía y mecenazgo
Dado que muchas iniciativas creativas enfrentan dificultades para obtener financiamiento, se propone incentivar la filantropía, el mecenazgo y los fondos públicos especializados. Estas últimas incluyen créditos blandos y estímulos fiscales para inversionistas en el sector creativo, y la creación de fondos de emergencia para artistas y proyectos culturales que enfrenten imprevistos. Ya se tuvieron experiencias con fondos latinoamericanos, que Bolivia no honra con los pagos.
9. Promoción de exportaciones de productos creativos
Bolivia debe fortalecer su presencia en mercados internacionales, a través de una estrategia de diplomacia cultural. Se propone participar en ferias, exposiciones y eventos globales para promover productos bolivianos como textiles, música, cine y diseño. Además, se recomienda trabajar en la marca país, destacando la riqueza cultural y la originalidad de las industrias creativas bolivianas.
10. Escuchar las preferencias de los bolivianos
Este punto se basa en encuestas de percepción pública, destacando cuáles medidas cuentan con mayor respaldo. Entre ellas, destacan la simplificación de trámites, la creación de incentivos fiscales y programas educativos específicos. Este enfoque asegura que las políticas estén alineadas con las necesidades reales de la población, fomentando un sentido de inclusión y corresponsabilidad en el desarrollo del sector creativo.
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