“Sin combustible, no hay comida”: La escasez se agudiza en Bolivia y crecen las filas

La escasez de combustible en Bolivia ha alcanzado niveles críticos, con largas filas en las estaciones de servicio y afectación al sector económico. Esta problemática, que se ha intensificado en el último año, tiene como principal causa la baja producción local, las dificultades para importar debido a la falta de dólares y el descontrol en la venta ilegal de combustible en las fronteras.

En las últimas semanas, el desabastecimiento de diésel y gasolina se ha profundizado, afectando especialmente a los sectores del transporte y agroindustria. José Orellana, dirigente del Transporte Federado de Cochabamba, ha expresado que los transportistas están viviendo una situación insostenible, con protestas exigiendo el combustible necesario para poder trabajar.

"Nos estamos quedando sin recursos, el transporte es vital para la economía del país, y sin combustible todo se paraliza", señaló Orellana.

Por su parte, las autoridades del gobierno, encabezadas por el Viceministro de Hidrocarburos, Adams Hurtado, y el Gerente de Comercialización de YPFB, Joel Callaú Justiniano, informaron que están tomando medidas para mitigar la crisis.

Este fin de semana, han anunciado la llegada de 2.500 cisternas cargadas con diésel y gasolina provenientes del puerto chileno de Arica, con el objetivo de normalizar el abastecimiento de combustible en el país.

Sin embargo, a pesar de estos esfuerzos, las colas en las estaciones de servicio, especialmente en el eje central del país (La Paz, Cochabamba y Santa Cruz), siguen siendo una constante, lo que ha generado frustración y desesperación entre la población.

El Impacto en el Transporte y la Economía

La escasez de combustible está afectando gravemente a los transportistas, que se ven obligados a esperar durante horas, incluso días, en largas filas para conseguir el carburante.

"Nosotros hemos dormido aquí, y todavía no conseguimos nada. Desde el viernes estamos haciendo fila, solo queda esperar", dijo entre lágrimas una mujer que esperaba combustible junto a su familia.

Las tensiones entre los conductores también han escalado a enfrentamientos, ya que las personas luchan por un espacio en la fila, lo que refleja el nivel de desesperación que se vive en la espera del carburante.

El sector del transporte no es el único afectado. El desabastecimiento de combustible tiene un impacto directo en la economía del país, especialmente en el sector agropecuario. Más del 10% del combustible importado se destina a la producción de alimentos, lo que pone en riesgo la cadena de suministro.

La escasez también ha provocado un aumento en los precios de los productos en los mercados, lo que afecta a los consumidores y agudiza la crisis económica.

De acuerdo con datos del Transporte Pesado, más de 1.000 cisternas se encuentran varadas en Paraguay, ya que no han podido ser pagadas debido a la falta de divisas. Este atraso en la importación de combustible está llevando a muchos sectores, como el transporte y la agricultura, a una situación de quiebra técnica.

"Si no se resuelve pronto, todo el sistema se caerá. Sin combustible, no hay transporte, y sin transporte no hay comida", advirtieron desde el sector agropecuario.

La causa de la crisis: la falta de divisas

El principal factor detrás de la escasez de combustible es la falta de dólares en el país. Bolivia depende en gran medida de las importaciones para abastecer su demanda interna, ya que aproximadamente el 56% de la gasolina y el 85% del diésel que se consume en el país proviene del exterior.

Sin suficientes divisas, el gobierno no ha podido realizar la compra de combustible en los volúmenes necesarios, lo que ha llevado a la escasez.

La respuesta del Gobierno

El presidente Luis Arce ha asegurado que está trabajando para resolver la crisis del combustible, pero las respuestas aún no son suficientes para calmar la creciente preocupación de la población. Sin embargo, la pregunta sigue siendo la misma: ¿Cuándo se solucionará esta crisis?

Mientras tanto, el país enfrenta un desabastecimiento que afecta tanto a la economía como a la vida diaria de los ciudadanos. El transporte, pilar fundamental de la economía, está al borde del colapso.