“Ya no confío en las personas”: Adolescente relata su triste historia después de que no pudo ser adoptado

Red Uno visitó el Centro de Acogida Méndez Arcos, para conocer un poco de las historias de adolescentes y jóvenes que permanecen en el lugar, después de que no lograron ser adoptados.   

Los menores acogidos en este lugar oscilan entre las edades de 12 a 18 años, quienes a su corta edad conocieron el rechazo, el abandono y la tristeza de no tener una familia, sin embargo, pudimos observar la tenacidad con la que se mantienen, para seguir luchando y forjar su futuro, pese a las adversidades.

El administrador del Hogar, Pablo Choconapi, señaló que en este lugar acogen a muchos menores, quiénes permanecían en otros albergues, pero tras cumplir los 12 años son trasladados, con el fin de que se preparen para afrontar la vida cuando cumplan 18 años. 

“La mayoría de la población que está albergada son adolescentes que antes estuvieron en distintos centros de acogida. No conocen el afecto familiar, el estar cerca de un papá, de una mamá, o de una familia normal, entonces son una mayoría que está por abandono, orfandad, y algunos también por maltrato”, manifestó Choconapi.

La mayoría de los adolescentes guarda una historia que pesa en el alma, son jóvenes y adolescentes que a lo largo de su vida esperaron ser adoptados, esperaron ese abrazo que nunca llegó.

Pero ahora esta es la última etapa que atraviesan después de haber, estado refugiados en otros albergues en su niñez, ahora tras cumplir su mayoría de edad tendrán que enfrentar solos la vida.

Javier, es el adolescente que nos relata su triste historia, después de ser abandonado cuando apenas era un bebé, él no confía en la gente, ya que dos veces estuvo a punto de ser adoptado, pero por diferentes circunstancias no lo adoptaron, y sufrió un triple abandono.

“Me abandonó mi papá, ahora ya no confío en las personas. Dos veces me lastimaron, me dejaron, desde entonces ya no pude ser adoptado”, relató Javier.

Muchas son las historias que pueden ser contadas, sin embargo, ahora los jóvenes y adolescentes tienen diferentes sueños, y tras salir del lugar esperan encontrar una sociedad que les brinde oportunidades para salir adelante.