Casi siete siglos después, uno de los crímenes más audaces de la Inglaterra medieval ha sido finalmente resuelto.
10/06/2025 10:26
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Durante 688 años, el asesinato de Forde permaneció envuelto en misterio. Ocurrió a plena luz del día, el 3 de mayo de 1337, en la transitada calle Cheapside de Londres. Fue una ejecución pública y sangrienta: mientras conversaba con otro sacerdote, cuatro hombres lo emboscaron. Hugh Lovell le cortó la garganta con una daga de 30 centímetros. John Strong y Hugh Colne lo apuñalaron en el abdomen. Hasculph Neville, su acompañante, formaba parte del complot. Forde cayó muerto al instante, sin que nadie interviniera, pese a los numerosos testigos.
Ahora, gracias al proyecto Medieval Murder Maps, dirigido por el profesor Manuel Eisner, un equipo interdisciplinario ha reconstruido el crimen con un nivel de detalle asombroso. Utilizando documentos judiciales en latín, cartas eclesiásticas y registros forenses digitalizados, los investigadores revelaron que el asesinato fue una venganza orquestada por Ela Fitzpayne, una noble poderosa, humillada por una relación amorosa prohibida con el propio Forde.
“Este fue un asesinato al estilo mafioso, motivado por la humillación y el deseo de venganza”, explicó Eisner.
El romance entre Forde y Ela había sido descubierto en 1332 por el arzobispo de Canterbury, quien excomulgó a Ela y la condenó a penitencias públicas humillantes durante siete años. Se cree que Forde, por razones aún debatidas, pudo haber delatado la relación. Esa traición, en un mundo donde la moral religiosa era arma de control político, selló su destino.
El caso revela tensiones profundas entre la Iglesia y la nobleza, y un trasfondo de violencia política: años antes, Forde, Ela y su esposo habían asaltado un priorato francés en un acto de provocación nacionalista. Esa complicidad previa terminó en traición, castigo y finalmente asesinato.
En su época, el crimen quedó oficialmente sin resolver. Aunque un jurado identificó a los asesinos, solo uno de ellos, Hugh Colne, fue arrestado cinco años más tarde. La impunidad sugiere que la familia Fitzpayne protegió a los culpables desde las sombras.
Ahora, gracias a la tecnología y la persistencia de los historiadores, el rompecabezas ha sido finalmente armado. El proyecto Medieval Murder Maps ha hecho públicos los documentos en su sitio web, y ha lanzado un podcast que explora este y otros casos de violencia medieval.
“Este caso demuestra que incluso después de siete siglos, los crímenes pueden hablar... si sabemos cómo escuchar”, concluyó Eisner.
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