¡Lo confundieron con un ladrón! Un albañil fue linchado, ahorraba para el 15 años de su hija

Lo interceptaron, lo ataron y comenzaron a golpearlo con una violencia tal que, murió horas más tarde por un traumatismo de cráneo con shock neurogénico.

20/07/2025 11:30

¡Lo confundieron con un ladrón! Un albañil fue linchado, ahorraba para el 15 años de su hija. Foto: RR.SS.
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La vida de Jeremías Sosa, un albañil misionero de 31 años y padre de dos hijos, terminó brutalmente el pasado 22 de febrero en Olivera, provincia de Buenos Aires (Argentina), tras ser golpeado hasta la muerte por un grupo de vecinos que lo confundieron con un ladrón. Hoy, mientras la causa avanza con lentitud y parte de los agresores continúan prófugos, su familia alza la voz para exigir justicia y evitar que este horror se repita.

La tragedia comenzó cuando Jeremías, tras una jornada de trabajo en una obra en Tigre, se dirigió a visitar a su hermana. Desorientado, caminaba por las calles de Olivera sin celular, en ojotas y sin documentos. Fue entonces cuando integrantes del grupo de WhatsApp vecinal “Vecinos en alerta” alertaron sobre la presencia de un “sospechoso”.

En minutos, varios miembros del grupo salieron a buscarlo. Lo interceptaron, lo ataron y comenzaron a golpearlo con una violencia tal que, según el informe médico, Jeremías murió horas más tarde por un traumatismo de cráneo con shock neurogénico. En el Hospital Nuestra Señora de Luján, los médicos no pudieron hacer nada.

¡Lo confundieron con un ladrón! Un albañil fue linchado, ahorraba para el 15 años de su hija. Foto: RR.SS.

"No llevaba celular, iba en ojotas. ¿Quién roba así? Sólo estaba perdido y pedía que lo llevaran con su hermana", declaró entre lágrimas su pareja, Carolina Sotelo, al diario Clarín. “Esto no puede volver a pasar. No puede morir un inocente por culpa de un mensaje de WhatsApp”, reclamó.

La Justicia ha calificado el hecho como homicidio agravado por ensañamiento, alevosía o insidia. Cinco personas están detenidas y al menos tres siguen prófugas, entre ellas Walter y Agustina Atrio, señalados como participantes activos del linchamiento. La fiscalía sostiene que ambos estarían utilizando su posición económica y conexiones para evitar su detención.

Jeremías no tenía antecedentes penales ni denuncias en su contra. Había migrado desde Misiones buscando mejores oportunidades laborales. Alternaba trabajos como albañil en distintas localidades del conurbano bonaerense. Soñaba con ahorrar para festejar los 15 años de su hija Sabrina, y mantenía un lazo estrecho con su hijo menor, también llamado Jeremías, de tan solo tres años. "Lo saludaba todos los días con una videollamada", recordó Carolina.

¡Lo confundieron con un ladrón! Un albañil fue linchado, ahorraba para el 15 años de su hija. Foto: RR.SS.

El caso ha encendido una alarma social sobre el peligro de la justicia por mano propia y el uso irresponsable de las redes sociales y grupos vecinales como herramientas de seguridad, en ausencia de protocolos o denuncias formales. Lo que comenzó como una sospecha infundada compartida digitalmente, terminó en un asesinato.

Organizaciones de derechos humanos y expertos en seguridad advierten sobre las consecuencias del pánico colectivo mal canalizado, alimentado por rumores y sin intervención institucional. El caso de Jeremías Sosa, como otros ocurridos en la región en los últimos años, vuelve a poner sobre la mesa la urgencia de repensar los mecanismos comunitarios de seguridad y su vínculo con el accionar de la Justicia.

Mientras tanto, una familia llora a un padre, un hermano, un hijo, y la sociedad argentina se enfrenta nuevamente a las consecuencias trágicas de actuar sin pruebas, sin piedad y sin justicia.

¡Lo confundieron con un ladrón! Un albañil fue linchado, ahorraba para el 15 años de su hija. Foto: RR.SS.

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