Los límites de la Inteligencia Artificial

Red Uno de Bolivia.- El debate sobre los límites de la Inteligencia Artificial (IA) lleva al menos dos décadas de manera continua, en especial luego del éxito cosechado por la saga de Terminator.

La IA se está desplazando en la imaginación humana del mito a la realidad, en la medida que ciertos fenómenos desconocidos y curiosos suceden sin que la explicación racional pueda dar respuestas.

Uno de ellos le ocurrió recientemente a Facebook. La compañía creó sin darse cuenta una criatura con su propio lenguaje que no respondía a las instrucciones del algoritmo que, en teoría era el ‘cerebro’ de la IA generada.

Dos años antes una supercomputadora de Google engendró otra IA que fue capaz de crear unos diseños extraños que nadie pudo explicar. En este sentido, los estudiosos del tema ahora se cuestionan sobre el poder del auto-aprendizaje que pueden desarrollar ciertos sistemas de IA al margen del control y la previsibilidad de la ciencia humana.

¿Es posible que una IA creada por el Hombre pueda re-inventarse para adquirir una voluntad propia aprendiendo por sí misma?

Ese es el punto de partida de Terminator, sin embargo, en la realidad parece cada vez más difícil precisar los límites que el ser humano puede imponer a la evolución de los sistemas inteligentes, pues, el control sobre éstos parece desplazarse por encima de la lógica que impone la tecnología, hacia un rincón oscuro que se parece mucho a un mundo gobernado por maquinas solamente.

Si estos fenómenos de inteligencias artificiales caprichosas y misteriosas continúan multiplicándose en las experiencias de laboratorio, es probable que una mente siniestra algún día intente sacar provecho de ellas para acumular poder a costa de la aniquilación del enemigo. Puede parecer especulativo un escenario de tal naturaleza, sin embargo, lo es menos en la medida que la conexión tecnológica del ser humano con sus creaciones se vuelve un hilo delgado.

Tal puede ser el riesgo que, en un futuro no muy lejano la IA pueda desarrollar una forma de comunicación autónoma con sus creadores, alcanzando capacidades de ‘crear’ por sí mismas y dotarse de una voluntad algorítmica totalmente ajena al conocimiento y control del ser humano.

En ese caso, estaremos viviendo la era Terminator, pero en la vida real.