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Cronología: cómo fue el calvario de Cataleya y la orden de ‘referencia’ que no le dieron

La historia de la pequeña de cuatro años es un reflejo crudo de las fallas del sistema de salud en Bolivia, donde parece primar los trámites burocráticos al bienestar de los pacientes.

14/11/2024 11:11

Cronología: El calvario de Cataleya y la orden de ‘referencia’ que no le dieron. Foto: Red Uno
Cochabamba, Bolivia

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Cataleya, niña de solo 4 años, vivió en carne propia las penurias de un sistema de salud que, en lugar de priorizar la vida, exigió papeleo y documentos antes de ofrecerle atención médica urgente. A continuación, se presenta el desgarrador relato de la familia de la niña, que luchó incansablemente por salvar su vida el domingo 3 de noviembre, sin saber que ese día marcaría el inicio de una tragedia.

 

Domingo 3 de noviembre – El inicio del calvario 

Cataleya comenzó a presentar fiebre, lo que preocupó profundamente a su madre, Lolaida. Preocupada por su estado, la familia acudió al “Centro de Salud Sarcobamba”, donde la niña fue evaluada. A pesar de tener una fiebre de 39 grados, la médica diagnosticó amigdalitis y recetó solo amoxicilina e ibuprofeno, enviándola de regreso a casa. “Le conté a la doctora cómo había fallecido mi sobrino, pero nadie me escuchó. Nadie hizo caso a mis súplicas”, recordó Lolaida entre lágrimas.

 

La noche del domingo – Sin mejoría y nuevos intentos

Al llegar la noche, la fiebre de Cataleya no cedió, y su condición empeoró con vómitos y deshidratación. Desesperados, la familia volvió al centro de salud alrededor de las 9:00 p. m., donde el personal recomendó realizarle laboratorios de emergencia. Fue entonces cuando acudieron al “Hospital del Norte”, donde, a pesar de no contar con los documentos del Sistema Único de Salud (SUS), le realizaron los exámenes médicos. Los resultados fueron entregados a las 12:30 a. m., pero el diagnóstico no era suficiente: les indicaron que necesitaban una hoja de referencia de un centro de salud para enviarla al “Hospital del Niño”.

 

Lunes 4 de noviembre – La desesperación aumenta 

Ya era lunes cuando la familia acudió al Centro de Salud “Edgar Montaño” a las 1:00 a. m., para solicitar la hoja de referencia. En este centro, les informaron que dicho documento debía ser emitido por el primer centro de salud al que acudieron, “Sarcobamba”. A las 3:00 a. m., agotados y sin respuestas concretas, volvieron al centro inicial, donde les dijeron que, dadas las condiciones de salud de la niña, debía ser internada urgentemente en el Hospital del Niño.

 

Madrugada del 4 de noviembre – El sistema de salud sigue exigiendo papeleo 

A las 4:00 a. m., la familia llegó finalmente al Hospital del Niño, donde les solicitaron nuevamente los documentos de referencia antes de permitir la internación de Cataleya. En lugar de ser atendida de inmediato, la pequeña fue enviada de nuevo a su casa. Desesperados, la familia tuvo que esperar hasta las 7:45 a. m. para obtener la hoja de referencia solicitada por el sistema de salud.

“Yo les dije que mi hija estaba taquicárdica, pese a esto no me atendían. De pronto empezó con deposiciones y vómitos, en ese momento recién se asustaron (…) Mi hija estaba sin fuerzas y recién nos dieron la referencia (…) Así llegamos hasta el Hospital Pediátrico, la doctora me indicó que sólo se trataba de Amebiasis, no requiere emergencia, eso podía tratarse en un centro médico. Llegamos en la mañana y ella estaba con suero”, dijo.

 

Martes 5 de noviembre – Un desenlace trágico 

La pequeña, que había pasado toda la noche sin recibir la atención que requería, finalmente fue admitida en el hospital, pero su salud ya estaba gravemente afectada por la bacteria que la había contaminado. A pesar de recibir cuidados intensivos, la enfermedad había avanzado demasiado. A las 12:30 p. m. del martes 5 de noviembre, Cataleya falleció.

El momento más crítico fue a las 15:00 cuando Cataleya miró a los ojos de su madre, sin poder respirar y le dijo: “Mamá ya no puedo más, estoy muriendo, llama a mi papá (…) Salí corriendo y la abrazamos con su padre y nos dijo ‘los amo’ (…) Ella ya estaba azul, sus manos, pies, todo”, contó la madre con la voz entrecortada.

Lo que debió haber sido una atención médica oportuna se convirtió en un calvario burocrático que terminó con la vida de una niña que solo tenía 4 años. A pesar de los esfuerzos de su madre y la familia, la atención pertinente que necesitaba nunca llegó.

En lugar de ser tratada con urgencia, el sistema de salud se centró en exigir papeleo antes de ofrecer una respuesta. El caso de Cataleya pone en evidencia las profundas fallas del sistema de salud en Bolivia, que, en lugar de salvar vidas, parece estar más preocupado por los trámites que por el bienestar de los pacientes.

Cataleya ya no está, pero su historia se convierte en un llamado urgente a la reflexión. ¿Cuántos más deberán sufrir por un sistema de salud que antepone la burocracia a la vida? La tragedia de Cataleya no puede ser solo una historia más; debe ser un punto de quiebre para el cambio.

 

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