El frío golpea a la familia Román: Sobreviven en una casa de calaminas y cartones

Cuando el frío golpea fuerte en Santa Cruz, no todos pueden protegerse. En el barrio 26 de Junio del Plan 3000, la familia Román pasa cada día entre calaminas oxidadas, trapos viejos y una carpa rota que apenas los separa del viento helado.

“Nos hemos acomodado como podemos, miren las calaminas, trapo, carpa, sí, y hace, hace frío”, relata una de las hijas, mientras abraza a su bebé de un año y medio. Son cuatro mujeres: una madre, dos hijas y la pequeña, que duermen sobre la tierra húmeda. No tienen cama ni colchón. Las pocas mantas que poseen están rasgadas, mojadas y no alcanzan para cubrirlas del todo.

La precariedad se vuelve insoportable cuando llueve. El agua entra sin permiso y convierte el piso en un barrial. El viento sacude las calaminas y asusta a la niña, que se despierta llorando en la madrugada.

“A mí me da mucha pena que, en este frío, mi madre duerma en el piso. No tenemos cocina. Los vecinos nos ayudan con agua hervida para preparar un té”, explica.

Esta familia sobrevive con lo que otros desechan: cartones, plásticos y restos de madera. Aun así, dentro de esa casa improvisada hay abrazos, silencio y una fuerza que conmueve.

Como ellas, hay muchas familias en Santa Cruz que enfrentan el invierno sin un techo digno. Con las temperaturas en descenso, la necesidad de ayuda se vuelve urgente.

Hoy, la familia Román espera la solidaridad de quienes puedan aportar un abrigo, un colchón o alimentos. Porque cuando el frío cala hasta los huesos, cualquier gesto puede cambiar una noche helada por un momento de esperanza.