Tras ser alejado de la familia que lo crió y llevado al zoo hace dos años, el zorro Antonio encontró pareja y tuvo crías

Antonio, un zorro andino, acaparó varias portadas en medios hace un par de años cuando se descubrió que era criado por una familia en la ciudad de Oruro. Autoridades no estuvieron de acuerdo y determinaron que el animalito sea entregado al zoológico de esa urbe.

Sin embargo, su dueño, Bryan Ajhuacho Velasco, nunca dejó de visitarlo y ver que esté bien cuidado. Recientemente, descubrió que tuvo tres crías, luego de haber formado pareja con una zorra que también está en el zoológico, llamada Shira.

"Shira le hizo compañía desde que Antonio llegó al zoológico, se llevan muy bien, no hubo reportes de agresiones porque los zorritos son solitarios por naturaleza. Hace un mes y medio, recibí la noticia de que la hembra se encontraba en estado de gestación. Entonces, fui al zoológico a hacer vigilia para estar al pendiente de la situación de la hembrita, cómo estaba, su desarrollo", contó Bryan en entrevista con Radio Fides.

Fue hace tres semanas que se enteró que nacieron los cachorritos.

"Ya caminan y comen, pero solo de noche, no se hacen ver por nadie. Ha sido muy difícil sacarles una foto, pero sí los he visto en persona. Tienen como un mes de edad", detalló.

Al respecto, la abogada Lenny Zurita apuntó que el zorro sufrió mucho, pues fue alejado de su familia humana, lo llevaron incluso a La Paz y finalmente, habilitaron un espacio de 300 metros cuadrados en el zoológico de Oruro. Además, enfermó y estuvo cerca de morir. Ahora, la situación cambió y ya tiene una familia propia.

"Decirle al alcalde que la ley protege al zorro y es patrimonio por ser silvestre, entonces debe vivir en su hábitat, sabemos que él no, pero sus crías sí. Las autoridades deben darnos el visto bueno. El objetivo es que la especie del zorro andino, parte de la fauna silvestre de Bolivia, viva en su región natural, el Sajama, pues está en peligro de extinción", indicó la abogada.

Bryan espera que las crías puedan vivir en libertad y no en cautiverio, además protegidos de cualquier actividad de caza.