¿Y ahora qué desayunamos? Hasta los calditos subieron

Primero fue la papa con huevo. Luego, el tradicional tujuré. Hoy, el caldo en sus diferentes variedades también sube de precio. Comer en la calle ya no cuesta lo mismo y para muchos bolivianos, el desayuno popular se ha convertido en una preocupación diaria.

En un recorrido por distintos mercados y puntos barriales de venta de comida, los testimonios se repiten con un mismo sabor: el del alza de precios.

“Antes el caldo de pata costaba 10 bolivianos, ahora 12”, responde un comensal mientras apura su plato. Otro cliente señala que el mismo caldo le costaba 8 bolivianos hace poco; hoy, llega hasta los 13. “Este es mi desayuno y mi almuerzo. Tiene que durarme hasta la tarde”, confiesa otro hombre que degusta su caldito en una banca improvisada.

Y si bien los precios suben, las porciones disminuyen. “Antes venía más grande el pecho, más patas, charque, huevo… Ahora, menos de todo”, agrega un consumidor resignado.

Pero el panorama se complica aún más: si los costos continúan elevándose y las ganancias desaparecen, el “plan B” de varios vendedores es cerrar. “Si esto sigue así, vamos a tener que dejar de vender. No se puede invertir más y ganar menos”, concluyó el comerciante.