24/06/2025 17:30
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En tiempos de incertidumbre, crecimiento desigual y competencia feroz, muchas decisiones empresariales se toman en contextos complejos. Algunas se hacen por intuición, otras por urgencia, y solo unas pocas con datos financieros bien interpretados. Sin embargo, aquellas empresas fuertes, que han logrado crecer con solidez y resiliencia tienen algo en común: usan las finanzas como un verdadero lenguaje estratégico.
Y no, no estamos hablando de balances llenos de tecnicismos o interminables hojas de cálculo en Excel. Hablamos de una forma de pensar, decidir y de alinear esfuerzos en torno a números que cuentan una historia y guían la ruta que queremos transitar.
A continuación, exploraremos tres pilares esenciales que pueden ayudar a entender por qué las finanzas no son solo cosa del área contable o del área financiera, sino un idioma que toda empresa y personas necesitan aprender para tener más prosperidad.
1. Las finanzas nos ayudan a definir prioridades y a asignar los recursos con inteligencia
En toda empresa —desde una familiar hasta una multinacional— hay más ideas que recursos. Entonces, ¿cómo decidir en qué proyecto invertir primero?, ¿o si compramos un equipo o lo alquilamos? ¿o el mejor momento para lanzar un nuevo producto y cuánto invertir?
Las finanzas nos dan herramientas para responder a esas preguntas con claridad a través herramientas como, el análisis de retorno sobre inversión (ROI), cuantificar el impacto de estas decisiones en el Flujo de caja y analizar el punto de equilibrio. Las cifras nos ayudan a priorizar lo que genera más valor, más rápido, con menos riesgo.
Por ejemplo, una empresa que desea expandirse podría analizar dos mercados potenciales: uno de alto crecimiento, pero alto riesgo, y otro más conservador pero rentable. Las finanzas permiten simular ambos escenarios, proyectar ingresos y egresos, y complementar las decisiones con datos.
En resumen: los recursos son limitados. Las finanzas ayudan a decidir dónde valen más.
2. La información financiera debe estar conectada a las decisiones, no guardada en un cajón
En muchas empresas, los estados financieros se emiten luego de un proceso de cierre contable, se presentan…pero no se usan. El área comercial decide descuentos sin comprender el impacto en los márgenes. El área de compras negocia plazos sin revisar el flujo de caja. Y la dirección lanza proyectos sin proyectar su impacto financiero.
Cuando integramos la información financiera al día a día, las decisiones se vuelven más acertadas. Un gerente comercial puede definir precios sabiendo el impacto en el margen bruto, cuidando la sostenibilidad financiera y manejando adecuadamente las expectativas de los clientes.
Las finanzas no deben verse como un informe contable, sino como el tablero del auto que nos muestra cuánta gasolina nos queda.
3. Construir una cultura financiera es clave para sobrevivir (y crecer)
Una empresa con cultura financiera no es aquella donde todos son contadores. Es aquella donde cada persona, desde el líder hasta el área operativa, comprende el impacto de sus decisiones en las cifras del negocio. Esto se logra con educación, comunicación y hábitos. Por ejemplo: (i) Capacitar al área comercial en cómo sus descuentos afectan el margen. (ii) Mostrar al equipo de compras cómo mejorar las condiciones de pago ayuda al flujo de caja y (iii) Involucrar al equipo de producción en la reducción de mermas que impactan directamente en costos y flujo.
Cuando todos “hablan finanzas”, se acaban las peleas entre áreas, se alinean los esfuerzos y se protege el resultado final. Y lo más importante: se genera confianza entre el Directorio y el Equipo Ejecutivo.
En conclusión: Para las empresas fuertes, las finanzas no son un área, son un lenguaje.
En tiempos de inflación, devaluación y presión sobre los márgenes —como el que viven hoy muchas empresas de Latinoamérica— no hablar finanzas es un lujo que ninguna organización puede permitirse. Hablar el lenguaje financiero no significa complicar las cosas. Significa tomar decisiones con visión, claridad y responsabilidad.
Así como un líder no puede dirigir sin saber comunicar, tampoco puede guiar su empresa si no entiende lo que dicen las cifras. Por eso, integrar las finanzas al corazón de la estrategia no solo es importante: es urgente.
Es hora de que las finanzas salgan del Excel… y entren en cada decisión estratégica del negocio.
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