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Lo que pudo ser Bolivia, y no fue…

13/08/2025 16:40

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Corría el 2006, cuando el Instituto Boliviano de Comercio Exterior (IBCE) publicó el libro "Visión Bolivia Productiva y Exportadora", como un aporte a la Asamblea Constituyente instalada ese año para modificar la Constitución Política del Estado. La exposición del estudio, de casi 300 páginas, fue el 27 de febrero de 2007 en el emblemático Archivo y Biblioteca Nacionales de Bolivia, en Sucre, habiéndose entregado allí, una tonelada de libros. Fue tal la expectativa, que, abarrotado el auditorio por más de cien Constituyentes, se tuvo que habilitar un recinto adyacente, para su transmisión remota.

Fue algo histórico, se trató del primer aporte desde la sociedad civil a la Asamblea Constituyente, con abundantes análisis e información, un trabajo multidisciplinario de cinco profesionales, cuatro de ellos, lamentablemente, fallecidos: Lucio Paz Rivero (+), varias veces Ministro de Estado, ex funcionario del BID y Asambleísta Constituyente (1966-1967), quien escribió sobre el “Rol del Estado y Planificación del Desarrollo”; Ivo Vranjican Dominis (+) de vasta trayectoria empresarial, sobre “Medio Ambiente, Desarrollo Sostenible y Sociedad del Conocimiento”; Ricardo Ortiz Gutiérrez (+), experto en competitividad, sobre “Desarrollo Industrial Manufacturero y Turístico”; otro ex Ministro de Estado, Diego Montenegro Ernst, sobre “Desarrollo agropecuario y forestal”, y Antonio Rocha Gallardo (+), experto en aduanas, sobre “Comercio Exterior e Integración”, todos, con propuestas de políticas para progresar sosteniblemente, a partir de la actividad privada.

Recuerdo que en medio de fuertes tensiones políticas y una Asamblea Constituyente que prometía refundar el país, quienes estuvimos inmersos en el estudio apostamos por una Bolivia diferente, no una nación ideologizada, dependiente del extractivismo y discursos populistas, sino, una Bolivia productiva, moderna, exportadora, que mire al futuro. Así nació aquel estudio al que guardo gran respeto: “Visión Bolivia Productiva y Exportadora”.

El libro era más que un texto técnico, era una propuesta concreta y sensata para construir un mejor país con oportunidades para todos. No era un plan neoliberal o una carta blanca al mercado, sino, una invitación a repensar Bolivia desde la productividad, la competitividad y el trabajo digno, pero, también, era una advertencia: sin diversificación, sin seguridad jurídica, sin un Estado moderno y sin integrarse al mundo, Bolivia podía desperdiciar una oportunidad histórica de cambiar para bien. A 16 años de aprobada la nueva Constitución Política del Estado (CPE), se puede decir que lo advertido, ocurrió: He visto pasar los años con un nudo en la garganta; la CPE cambió, sí, pero la nueva propuesta de modelo productivo no funcionó como muchos esperaban.

Al celebrar el Bicentenario de la fundación de la República de Bolivia, pregunto: ¿Qué hubiera pasado de haberse aplicado la propuesta del libro? ¡Seríamos otro país!

Podríamos haber tenido una economía diversificada y menos vulnerable. Podríamos estar exportando muchos más alimentos, manufacturas y servicios, celebrando que las Exportaciones No Tradicionales hubieran superado a las ventas tradicionales, con decenas de miles de MiPymes integradas a la producción para la exportación, y así, podríamos haber erradicado gran parte de la pobreza con empleos sostenibles.

Hubiéramos tenido también, otro Estado, más técnico y menos político, con reglas claras para la inversión, descentralizado de verdad, capaz de regular con firmeza, pero, también, de promover con inteligencia. Un Estado donde el sector privado no fuera visto como enemigo u oportunista, sino como aliado estratégico para el desarrollo. Un Estado con una diplomacia económica abriendo grandes mercados, con una red logística moderna y puertos eficientes para integrarnos al mundo.

¿Por qué no lo hicimos? Porque faltó visión, primó la sinrazón y muchos se dejaron llevar por la ilusión de que el boom del gas lo resolvería todo, se aturdieron con la ideología y se prefirió hablar de lo “plurinacional”, antes que de productividad, eficiencia y competitividad, por considerarse algo malo, dada la “cosmovisión” imperante.

Hoy, que la economía sufre, me duele pensar en “lo que pudo ser y no fue”, porque las respuestas estaban dadas, estaban en aquel documento, en ese sueño de una Bolivia que exporta sostenida y sosteniblemente, cada día más, con un modelo propio, integrando al pequeño con el grande, al urbano con el rural, al trabajador con el empresario.

Pero, no todo está perdido: Tenemos visionarios productores que exportan con calidad; tenaces empresarios que siguen invirtiendo y técnicos capaces de gestar buenas políticas públicas.

Si algún día Bolivia decide volver a la senda correcta de producir, competir e integrarse al mundo, el libro del IBCE será el mapa histórico de lo que algunos no se atrevieron hacer. Ojalá sea pronto, porque, duele ver “lo que pudo ser Bolivia, y no fue…” (el libro se puede descargar desde https://acortar.link/fxGC3J).

(*) Economista y Magíster en Comercio Internacional

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