06/02/2025 12:41
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Circula por las redes sociales un interesante reportaje televisivo de Marylin Morales, periodista de Red
Uno, sobre un triángulo alimentario en Sudamérica que contempla, nada más y nada menos que a Santa
Cruz de la Sierra, São Paulo y Bahía Blanca, como puntos de referencia para la producción de
alimentos a fin de satisfacer la insaciable demanda mundial. ¿Conocía Ud. esta visión futurista que data
del año 2016?
En momentos que en Bolivia, día que pasa se caldea más y más el ambiente político en función de las
Elecciones Generales del 17 de agosto de 2025, creí pertinente abordar este tema, por dos razones:
Primero, porque resulta a todas luces estratégico para el país, desde el punto de vista del desarrollo
económico y la autosuficiencia alimentaria a la que deberíamos aspirar, y, segundo, para poner sobre la
mesa argumentos contundentes de quienes conocen la vital importancia de la producción agrícola a
futuro, asignando a Bolivia en función de ello, un rol gravitante como parte de la solución a la creciente
demanda de alimentos en el planeta que, según la FAO, el año 2050 tendrá más de 9.000 millones de
bocas por alimentar, frente a la limitada disponibilidad de tierras con vocación productiva, la escasez
de agua dulce y el negativo impacto del cambio climático en curso.
De ahí, la importancia que los políticos deberían dar al “triángulo alimentario del mundo”, concepto
evocado en la Jornada Negocios del campo organizada en 2016 por el periódico “La Nación”, en
Buenos Aires, en la que los expertos de un panel mencionaron a Santa Cruz de la Sierra, en Bolivia;
São Paulo, en Brasil, y, Bahía Blanca, en Argentina, como los vértices de este triángulo imaginario
que, a decir de quienes tienen conocimiento de tan relevante temática, serán determinantes para ampliar
la oferta de alimentos a nivel global.
Este triángulo alimentario comprendería campos fértiles del Oriente de Bolivia, Paraguay, el Sur de
Brasil, el Norte de Argentina y una parte del Uruguay, regiones privilegiadas con grandes extensiones
de tierra cultivable y disponibilidad de recursos hídricos.
Dicha visión motivó este artículo para que nuestros futuros gobernantes abran los ojos, considerando,
además, que tal prognosis quedó corta, ya que Bolivia podría aportar mucho más, como explicaré al
final.
El panel que trató la temática indicada en 2016 estuvo conformado por Ricardo Yapur, CEO de
Rizobacter; Gustavo Grobocopatel, presidente de Los Grobo; Ernesto Ambrosetti, Economista Jefe de
la Sociedad Rural Argentina; Fernando Zubillaga, Prosecretario de la Asociación Argentina de
Consorcios Regionales de Experimentación Agrícola, y José Del Rio, adscrito como Moderador por la
Secretaría General de “La Nación”.
Para estos peritos en materia alimentaria, “el futuro de la agricultura del mundo pasa por América del
Sur” tomando en cuenta que “Estados Unidos consume todo lo que produce, Europa cada día es más un
gran jardín y África, si bien tiene agua y tierra, no tiene todavía muchos elementos que le harían falta
para ser un lugar productivo", de ahí que el grupo De Sangosse, empresa francesa multinacional
especialista en la protección y nutrición de plantas, semillas y control de plagas, proyectó un triángulo
imaginario entre São Paulo, Santa Cruz de la Sierra y Bahía Blanca, “desde donde va a salir la comida
del mundo porque hay espacio y una población lo suficientemente educada para entender las nuevas
tecnologías”, además de gozar de un activo invalorable, como es la paz, para poder hacerlo.
Según los expertos, la posibilidad de dar saltos de competitividad del 15% al 20% pasará por mejorar
los insumos, con miras a una "agricultura más limpia, con más integración de biológicos" apuntando a
bajar la presión de fitosanitarios, insistiendo en la privilegiada posición de Sudamérica para producir
alimentos a diferencia de otros Continentes (“Agregar valor: frente al desafío de responder al reto de
alimentar al mundo”, La Nación, 16.07.2016).
Hasta aquí la historia, veamos ahora lo que avanzamos en el país…
Santa Cruz se ha convertido en el primer productor de alimentos en Bolivia, con el 77% del volumen
global y es el primer departamento agroexportador del país, con el 88% del total, cifras elocuentes a la
hora de valorar el liderazgo de una región que produce para el mercado interno, sustituye importaciones
y genera exportaciones de alimentos, todo ello logrado a pesar de ciertas políticas que impiden un
mayor desarrollo agropecuario, agroindustrial y agroexportador: Vamos bien, pero podríamos estar
mejor.
Para concluir: ¿Por qué dije que la proclama de Buenos Aires quedó corta? Porque, si Santa Cruz ha
hecho tanto con apenas 3 millones de hectáreas ¿Cuánto más podría aportar alimentariamente Bolivia al
mundo, de subir la productividad con biotecnología e incorporar 9 millones de hectáreas del Beni, bajo
la tríada de “alimentos económicamente viables, ambientalmente sostenibles y socialmente
responsables” que promueve el Instituto Boliviano de Comercio Exterior?
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