Claves para comprender y tratar el apego en jóvenes

La teoría del apego, desarrollada por el psicoanalista John Bowlby y ampliada por la psicóloga Mary Ainsworth, explica cómo el vínculo entre un niño y sus cuidadores influye en su forma de relacionarse en la vida adulta. 

14/10/2025 12:09

Claves para comprender y tratar el apego en jóvenes
Bolivia

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El apego es el lazo emocional que los seres humanos forman desde la infancia con sus cuidadores y que influye de manera directa en la forma en que se relacionan en la adolescencia y juventud. En esta etapa, los vínculos se redefinen y cobran gran importancia: los jóvenes buscan independencia, pero también seguridad y reconocimiento. Entender los tipos de apego y cómo tratarlos puede marcar la diferencia en su bienestar emocional, sus relaciones y su desarrollo personal.

Tatiana Montoya, docente de la carrera de Psicología, y miembro de la Jefatura de Enseñanza y Aprendizaje de la Universidad Franz Tamayo, Unifranz, sostiene que el apego que se forma en la infancia tiene un impacto profundo y duradero en el desarrollo emocional de una persona. 

“Las estrategias para los vínculos emocionales saludables tienen que ver primero con: la seguridad que tiene cada una de las personas. Entonces, una estrategia sería lograr la independencia, de alguna manera lograr la seguridad, también que tengamos autoestima alta, un buen autoconcepto nuestro y sobre todo tener inteligencia emocional”, destaca la académica.

Un análisis en la revista académica Frontiers in Psychology, señala que el uso excesivo de redes sociales puede exacerbar el apego ansioso en jóvenes, ya que buscan validación constante a través de likes o interacciones virtuales.

La teoría del apego, desarrollada por el psicoanalista John Bowlby y ampliada por la psicóloga Mary Ainsworth, explica cómo el vínculo entre un niño y sus cuidadores influye en su forma de relacionarse en la vida adulta. 

Existen cuatro tipos principales de apego. El apego seguro se da cuando los cuidadores responden de forma constante y afectuosa, lo que lleva a relaciones estables y confianza en la adultez. En el apego evitativo, el niño aprende a no depender de los demás porque sus necesidades emocionales no son atendidas, lo que en adultos se refleja en dificultad para expresar sentimientos o mantener intimidad.

El apego ansioso o ambivalente aparece cuando el cuidado recibido es inconsistente, generando miedo al abandono y una necesidad constante de validación emocional en las relaciones adultas. 

Por último, el apego desorganizado surge en contextos de abuso o negligencia, donde el cuidador también es fuente de miedo. Esto puede llevar a relaciones caóticas, confusión emocional y comportamientos contradictorios en la vida adulta. Estos estilos de apego no determinan nuestro destino, pero sí influyen en cómo formamos vínculos y manejamos nuestras emociones.

Tratar el apego inseguro en jóvenes (ya sea ansioso, evitativo o desorganizado) implica ayudarlos a desarrollar relaciones más seguras, mejorar la forma en que manejan sus emociones y fortalecer su independencia emocional. Muchos jóvenes con este tipo de apego presentan dificultades para confiar en los demás, miedo al abandono o evitan el contacto emocional por temor a salir heridos. Por eso, el objetivo principal del tratamiento es promover un apego más seguro que les permita sentirse tranquilos tanto al estar cerca como al estar lejos de los demás.

“Muchas corrientes psicológicas lo utilizan, una de ellas es el psicoanálisis, la otra es el enfoque sistémico en psicología. Los terapeutas sistémicos también lo utilizan, y los terapeutas cognitivos comportamentales, porque de alguna manera el apego influye prácticamente en todo”, asegura la docente de Unifranz.

Uno de los enfoques más usados para trabajar esto es la Terapia Cognitivo-Conductual (TCC). Esta terapia ayuda al joven a identificar pensamientos negativos que refuerzan su estilo de apego inseguro, como “me van a dejar” o “no necesito a nadie”. Luego, trabaja en reemplazarlos por ideas más realistas y sanas. 

Por ejemplo, un joven con apego ansioso puede aprender a calmar su miedo al abandono, mientras que uno con apego evitativo puede aprender a abrirse emocionalmente sin sentirse amenazado. La TCC también enseña habilidades para manejar mejor las emociones y mejorar la forma en que se relacionan con los demás.

De la misma manera, el tratamiento y acompañamiento de estos estilos de apego no busca “cambiar” al joven, sino brindarle herramientas para comprender y mejorar la forma en que se vincula. Una de las estrategias más efectivas es la terapia psicológica, especialmente la terapia cognitivo-conductual y la terapia basada en el apego, que ayudan a identificar patrones de pensamiento y conducta ligados a experiencias pasadas. Asimismo, los grupos de apoyo y los espacios de escucha activa permiten que los jóvenes se sientan comprendidos y acompañados.

La familia también cumple un rol crucial. Favorecer la comunicación abierta, mostrar disponibilidad emocional y reforzar la confianza son pasos esenciales para promover un apego más seguro. Del mismo modo, los docentes y orientadores pueden contribuir al crear entornos donde los estudiantes se sientan valorados y aceptados.

Por otro lado, fomentar la autoestima, la regulación emocional y las habilidades sociales es vital. Actividades como el deporte, el arte o la participación en proyectos comunitarios fortalecen la identidad y la confianza, reduciendo las inseguridades propias de los apegos inseguros.

Tratar los tipos de apego en jóvenes no significa borrar lo aprendido, sino transformar las experiencias en oportunidades de crecimiento. Con apoyo adecuado, pueden construir vínculos más sanos, desarrollar resiliencia y encaminarse hacia relaciones adultas más estables y satisfactorias.

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