El autoaprendizaje se renueva con la IA con más adaptabilidad y velocidad

El acceso global a tecnologías avanzadas y la creciente disponibilidad de recursos en línea han transformado el autoaprendizaje en una metodología más adaptable y rápida que nunca. Con la incorporación de herramientas de inteligencia artificial (IA), los estudiantes ahora tienen más herramientas para dirigir su propio proceso de aprendizaje y personalizar su educación según sus necesidades.

Según el destacado psicólogo humanista Carl Rogers, el aprendizaje autodirigido se refiere a un enfoque educativo en el que el individuo toma la responsabilidad de su propio aprendizaje. Su enfoque se basaba en la idea de que los individuos tienen una capacidad innata para dirigir su crecimiento y desarrollo.

Ariel Villarroel, experto de la Jefatura de Enseñanza y Aprendizaje (JEA) de la Universidad Franz Tamayo, Unifranz, explica que “las nuevas metodologías y tecnologías permiten que los estudiantes se conviertan en aprendices autodirigidos y responsables de su propio proceso de aprendizaje. Aprenden a identificar, evaluar y utilizar recursos de manera efectiva para adquirir conocimientos y resolver problemas, lo que les permite seguir aprendiendo a lo largo de la vida”. 

Este enfoque no solo fomenta la independencia, sino que también desarrolla habilidades esenciales como la autorregulación y la toma de decisiones. Además, ofrece flexibilidad y acceso ilimitado, gracias a herramientas digitales como plataformas de aprendizaje en línea y aplicaciones basadas en IA. 

Para la UNESCO (Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura, por sus siglas en inglés), la “Inteligencia Artificial (IA) proporciona el potencial necesario para abordar algunos de los desafíos mayores de la educación actual, innovar las prácticas de enseñanza y aprendizaje y acelerar el progreso para la consecución del ODS 4”.

Las IA permiten que los estudiantes aprendan a su propio ritmo y en cualquier momento, lo cual es especialmente valioso para quienes tienen responsabilidades laborales o familiares. Además, los profesionales de diversas áreas pueden actualizar sus conocimientos sin depender de programas formales de educación. Por ejemplo, aprender a programar en Python o usar herramientas de análisis de datos es ahora más accesible que nunca.

Este tipo de aprendizaje también fomenta el crecimiento personal. Al tomar el control de su propio proceso educativo, los estudiantes desarrollan autodisciplina, habilidades de planificación y metacognición, suma el especialista. 

Villarroel destaca que, mediante la creación de materiales educativos, los estudiantes pueden personalizar su experiencia de aprendizaje y centrarse en áreas de interés específicas. 

“Esta estrategia se basa en la idea de que los estudiantes pueden desarrollar la capacidad de aprender por sí mismos y tomar el control de su propio proceso de aprendizaje. Esto implica el desarrollo de habilidades como la autorregulación, la planificación y la toma de decisiones, así como la capacidad de reflexionar sobre el propio aprendizaje”, agrega.

La IA está revolucionando el aprendizaje autodirigido al ofrecer lecciones personalizadas, retroalimentación en tiempo real y contenidos ajustados a las necesidades específicas de los estudiantes. Estas herramientas no solo mejoran la eficiencia del aprendizaje, sino que también hacen que el proceso sea más accesible y efectivo.

La UNESCO añade que el mandato de los países miembros exige “intrínsecamente un enfoque de la IA centrado en el ser humano. Su objetivo es incluir el papel desempeñado por la IA en la solución de las desigualdades actuales en materia de acceso al conocimiento, la investigación y la diversidad de las expresiones culturales, y garantizar que la IA no se amplíe la brecha tecnológica dentro de los países y entre ellos”.

No obstante, para maximizar los beneficios de esta metodología, es fundamental que docentes, instituciones educativas y familias trabajen juntos. Los docentes pueden actuar como facilitadores, guiando a los estudiantes en la búsqueda y evaluación de recursos, mientras que las instituciones deben invertir en tecnologías educativas que faciliten el acceso a herramientas de aprendizaje autodirigido. Por su parte, las familias juegan un rol clave al proporcionar un entorno propicio para el estudio y fomentar la curiosidad intelectual.

El autoaprendizaje no solo está redefiniendo la educación, sino también preparando a las personas para un futuro donde la adaptabilidad y el aprendizaje continuo serán esenciales, finaliza Villarroel.