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El cometa 3I/ATLAS cambia de color y desconcierta a los astrónomos

El misterio del cometa 3I/ATLAS sorprendió aun más a los científicos al cambiar su color tras pasar por el sol y volver a ser visible desde la tierra.

10/11/2025 17:16

Esta fotografía, tomada por los astrofotógrafos Michael Jäger y Gerald Rhemann, mostró a 3I/ATLAS con un brillo verde el 7 de septiembre.(Crédito de la imagen: Michael Jäger/Gerald Rhemann)
Universo

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El cometa interestelar 3I/ATLAS regresó a la visibilidad desde la Tierra con una característica inesperada que tiene a los astrónomos desconcertados: su tonalidad verde brillante fue reemplazada por una inusual coloración azul tenue, abriendo una nueva etapa de investigación sobre la composición y el origen de este visitante cósmico.

El 3I/ATLAS, que se mueve a más de 210,000 kilómetros por hora en una órbita hiperbólica, es el tercer objeto interestelar identificado en nuestro vecindario cósmico. Su importancia radica en que llegó de otro sistema estelar y, tras su breve paso por la órbita de Marte, abandonará el Sistema Solar para siempre, publica Infobae en un extenso reportaje.

 

Un gigante anciano y brillante

Con una masa que supera los 33,000 millones de toneladas y un núcleo estimado de 20 kilómetros, 3I/ATLAS es el objeto interestelar más grande observado con claridad hasta la fecha. Los astrónomos estiman que podría tener más de 7,000 millones de años, siendo más antiguo que el propio Sistema Solar, que se formó hace 4,600 millones de años.

El tono azulado observado en el cometa podría explicarse por la liberación de gases como monóxido de carbono o amoníaco aunque esta hipótesis aún espera confirmación con nuevas observaciones (Atlas Telescope)

"El cometa 3I/ATLAS es posiblemente lo más antiguo que hemos visto en nuestro Sistema Solar," explicó la astrónoma Laura Nicole Driessen, señalando que su análisis ofrece una "ventana directa hacia las primeras etapas químicas de la galaxia".

El cometa alcanzó su punto más cercano al Sol (perihelio) entre el 29 y 30 de octubre. Apenas reapareció en el cielo del hemisferio norte, los científicos confirmaron su estabilidad estructural y, para su sorpresa, un brillo mayor al esperado.

 

El enigma del color

La coloración del cometa ha sido un enigma desde su detección. Inicialmente, se le observó un tono rojizo, luego un matiz verde (posiblemente por dicarbono o cianuro), y ahora, el persistente azul.

El cometa 3I/ATLAS viaja a más de 210000 kilómetros por hora y describe una trayectoria hiperbólica lo que confirma que no quedará atrapado por la gravedad del Sol y seguirá su viaje interestelar. Al principio se lo observó con un tono rojizo. (NASA/SPHEREX)

Investigadores como el profesor Avi Loeb de la Universidad de Harvard destacaron la rareza de este fenómeno: "El color del objeto es azul, más azul que el Sol, y eso es muy sorprendente porque normalmente, cuando hay polvo alrededor de un objeto, debería volverse rojo".

Esta inesperada tonalidad podría ser causada por la liberación de gases como el monóxido de carbono o el amoníaco, que reflejan la luz solar de manera diferente al polvo de los cometas tradicionales. Además, las mediciones químicas revelaron una composición inusual, con una alta proporción de dióxido de carbono y níquel y muy poco hierro, sugiriendo que se formó en condiciones físicas y regiones muy distintas a las de nuestro Sistema Solar.

¿Fenómeno natural o algo más?

La combinación del brillo inusual y el color azul ha alimentado teorías en los márgenes de la ciencia que lo vinculan con tecnología no humana, una especulación reforzada por la aparición de una "anti-cola" (polvo orientado hacia el Sol).

Nuevas observaciones revelan que el cometa 3I/ATLAS podría estar adquiriendo un color azul. Esta imagen, tomada por el Telescopio Espacial Hubble en agosto, se capturó utilizando un filtro de color y no representa el aspecto actual del cometa. (Crédito de la imagen: NASA/ESA) (UCLA)

 

No obstante, la comunidad científica mantiene una postura cautelosa. Como citó la astrónoma Driessen, siguiendo a Carl Sagan: “las afirmaciones extraordinarias requieren pruebas extraordinarias”.

Observatorios de todo el mundo se preparan ahora para intensificar las campañas de seguimiento. Aunque el cometa 3I/ATLAS se acercará a la Tierra a 270 millones de kilómetros a fines de diciembre antes de su partida final, su verdadero valor radica en los datos que proporciona para reconstruir la historia química y geológica de la Vía Láctea.

 

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